Observando esa pequeña espalda desaparecer entre la multitud, Jagger ignoró la intensa mirada de su mano derecha hasta que finalmente perdió de vista al omega. Y no poder tenerlo al alcance de su vista... No fue algo muy agradable. —¿Qué? —espetó, girando su cabeza para observar a Morgan. —Nada, solo me preguntaba por qué te esforzaste tanto en mentirle al polluelo —expresó el alfa. —No le he mentido —indicó. —Sí, claro —resopló con una sonrisa—. Ambos sabemos la verdad, y ese omega también —indicó observando hacia la multitud. —Entonces ambos se han equivocado, Bianca no me dio dinero para vigilar a su sobrino y nosotros hemos venido aquí para descubrir el tema de la droga —le recordó. —Sí, sería un poco más fácil de creerte si no tuviéramos de nuestros hermanos vigilando específic