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1184 Words
Mientras más se acercaban, más podían visualizar el pueblo de aquellos, mucho humo salía de aquel lugar y podría confundirse con un incendio, sin embargo, aquello no lo era, Minseok se siente inquieto y es normal por la condición en la que se encuentra. Habían múltiples tiendas en aquel lugar, era un gran campamento y el humo pertenecía a la gran fogata que servía para abrigar un tanto el ambiente. Minseok y sus compañeros fueron adentrados al lugar para rápidamente ser arrojados al suelo, se habían convertido en prisioneros.— ¿Dónde los vas a meter? Aquí ya no cabe nadie más.— Luhan mencionó pero el anciano cómo ya era costumbre lo ignoraba, pensaba que su hijo era un ser débil por tener aquellos pensamientos compasivos. —Hay suficiente espacio.— palmeó sus manos.— Llévenlos al bosque para que busquen sus maderos y construyan sus propias tiendas, tendremos invitados que nos agradecerán con su "arte".— se rió al mencionar lo último, para él eran seres inferiores.— Por cierto, si alguno trata de escapar no duden en dispararle.— eran órdenes precisas. —Por favor, regálennos un poco de agua, estamos sedientos y nuestros niños aún más. —Se los daré cuándo vuelvan.— Jongdae asintió, no podía hacer más. :::¥::: El camino no era firme, había lodo por doquier, tal vez sea por la lluvia que hubo hace dos noches.—¡Ayuda!— Minseok reconoció la voz de Baekhyun de quién su pierna se había hundido en el fango por lo que no dudó en ir a ayudarlo. Él sujetó su mano y con fuerza lo jaló hacia afuera.— ¿Estás bien?— preguntó preocupado, su amigo sonrió y lo abrazó. —Gracias, Minnie.— besó sus dos mejillas, era una costumbre de su pueblo por lo que para ellos era normal, sin embargo, los Ihoba no los vieron de buena forma por lo que ambos se ganaron un latigazo en la espalda que los hizo dar un gran grito, aquellos iban por una segunda vuelta, sin embargo... —Ya basta.— Luhan los paró.— Vayan con los demás, yo me encargaré de éstos dos.— su mirada era firme e intimidante, aquellos hombres lo obedecieron y se fueron. —Muchas gracias.— Baekhyun se acercó a Luhan y besó sus dos manos en agradecimiento. —Si sigues haciendo eso, lamentablemente seguirán golpeándote.— era amable, no había malicia en su voz era sencillamente una recomendación.— De todas formas, no hay nada qué agradecer.— sonrió.— ¿Te ayudo?— le ofreció su mano a Minseok quién estaba en el suelo, éste lo sujeto y se pudo levantar. —¿Por qué nos golpeó si no hicimos nada malo? —Ustedes son gitanos, yo los entiendo, a diferencia de ellos, inclusive de mi padre, yo, sí sé leer y escribir, he leído sobre ustedes pero aquí sus costumbres están vistas de mala manera, por favor, traten de no hacerlo. —Ya veo.— Minseok asintió.— Soy Minseok y él, Baekhyun. —Soy Luhan.— ambos se sonrieron y continuaron con su camino. :::¥::: Recogieron lo necesario para construir sus respectivas tiendas, así es cómo lo hicieron, lamentablemente en el camino uno de ellos intentó escapar y según las órdenes, fué disparado, los gitanos no tuvieron tiempo para llorar a su ser querido perdido, ellos debieron continuar a la fuerza adelante, pero eso sí, según sus costumbres, todos ellos se cortaron un mechón de cabello como símbolo de respeto. Las tiendas ya estaban listas para la noche y el padre de Luhan los llamó para que les den una presentación.— ¿Qué nos tienes preparado para hoy?— mencionó el anciano desde su asiento de jefe de los Ihoba. —No hemos preparado mucho por lo que déjanos presentarte un acto de nuestro dragón. —¿Dragón?— se acomodó en su asiento a la expectativa.— Estoy ansioso por ver eso. —Estoy seguro que les gustará.— llamó a uno de sus muchachos, él, al igual que Baekhyun sonrió, sacó de entre sus pantalones una botella de combustible con el que empapó un pedazo de tela que se encontraba en un palo antes de encenderlo. —¿Listos?— alzó su palo en llamas, bebió un poco de combustible y ante la atenta mirada de los lugareños, arrojó el combustible que tenía en su boca hacia la prenda, una gran llamarada se presenció por lo que los Ihoba se quedaron fascinados dejando escuchar de inmediato miles de gritos por montones. Incluso el jefe de los Ihoba se quedó encantado por lo que sin más molestias, dejó que todos ellos comieran y bebieran antes de ir a descansar, en su camino hacia sus tiendas niños gitanos fueron menospreciados por madres Ihobas por jugar con sus hijos, ellos fueron alejados con gritos provocando el llanto de los pequeños quienes únicamente querían jugar, Minseok sabía que eran vistos como prisioneros en aquel lugar, más no como personas que no quieren hacer daño a nadie. :::¥:::   El sonido de lo que parecía ser un cuerno los sorprendió y levantó, todos ellos se levantaron.— ¿Qué crees que nos hagan hacer hoy?— le preguntó Baekhyun —No lo sé.— Minseok sujetó el collar que le dió su madre, uno de zafiro puro, lo único que le pudo dejar antes de morir. Ambos salieron junto a los demás, Jongdae estaba hacia un lado a la espera del jefe de aquel lugar, sin embargo, el único que salió fué Luhan. —La mitad derecha irán al cultivo y los demás conmigo de cacería.— mencionó. —¿Qué sucederá con los niños?— Jongdae se acercó a él.— Por favor deja que se queden en las tiendas, ellos son pequeños y podrían lastimarse. Luhan los miró y asintió.— Está bien, también pueden quedarse sus madres, los demás deben hacer lo que les indiqué, aquí incluso las mujeres trabajan así que no habrá favoritismo. —Gracias.— asintieron y empezaron a dispersarse, Minseok fué con Luhan mientras que a Baekhyun le tocó ir al cultivo. Caminaron por un largo sendero más o menos por dos horas, en todo momento estaban siendo vigilados, ninguno podía dar un paso en falso y más por lo que le había sucedido a su amigo el día anterior.— Tengan los ojos bien abiertos, deben ser cautelosos en todo momento, por aquí...— Luhan rápidamente corrió hacia Minseok y lo abrazó para cubrirlo con su cuerpo del ataque de un lobo hambriento que se había abalanzado hacia él, los colmillos de aquel perdonaron la piel de Luhan pero rápidamente los Ihoba lo mataron con sus armas.— ¿Estás bien?— mencionó adolorido. Minseok lo miró y asintió.—G—gracias.— estaba en shock por lo que no sabía qué más decir, Luhan sonrió un tanto antes de arrancar un pedazo de tela y con la ayuda de sus hombres ajustarlo bien a su brazo para detener la hemorragia. —Sigamos.— volvió a levantarse para seguir.  
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