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1206 Words
Los días pasaban tan lentos cómo nunca antes lo había sentido, las noches eran casi un infierno por las bajas temperaturas, las pieles abrigaban lo necesario más no lo suficiente. Minseok se levantó más temprano de lo normal, él cogió un par de pieles y se abrigó para salir fuera de su tienda tratando de no despertar a nadie, varios Ihobas hacían guardia por lo que para evitar cualquier tipo de mal entendido les hizo saber que iría hacer sus necesidades, aquellos entendieron por lo que Minseok se dirigió hacia un apartado dónde podía hacerlo, la vida en aquel lugar era tan arcaica que ni siquiera tenía silos para aquellas necesidades, Minseok simuló hacer lo que debía por lo que en su lugar se dedicó a admirar las estrellas que aún adornaban el cielo a esas horas de la madrugada. Sonrió, es cierto que aquel lugar era demasiado diferente a la ciudad, sin embargo, el silencio y sonido de la naturaleza lo relajaba. —Dulce tranquilidad.— mencionó en un susurro antes de regresar a su tienda, le esperaba un largo día de trabajo por lo que decidió ir a dormir un tanto, no sabe qué hora es pero supone que aún le quedan un par de horas para dormir. :::¥::: Aquel día fué a los campos de cultivo junto a Baekhyun, desde lo sucedido con aquel lobo, Luhan ha tratado en lo posible de enviarlo a cultivo, seguramente porque lo consideraba un estorbo en aquello de la casería y aún más cuándo no cazó ni un solo animal aquel día que fué con ellos. —Mis manos están ampolladas.— su amigo miró con tristeza sus manos.— Mamá diría que me lo merezco por haber sido perezoso toda mi vida.— bufó. —Nadie aquí está acostumbrado a ésto pero no tenemos salida.— se encogió de hombros. —¿Crees que algún día nos dejen ir? Digo, ya ha pasado más de una semana que estamos aquí, pienso que ellos ya se aburrieron de nosotros. —No lo sé, pero, creo que el hecho de tener trabajadores gratis nunca les aburrirá.— razonó. —Tienes razón, en fin, sigamos que todavía nos falta media parcela. Ambos siguieron en su labor hasta que escucharon con claridad múltiples disparos a lo lejos. —¿Qué fué eso?— se miraron a los ojos intrigados. —¡Todos escóndanse!— dieron la alerta, los Ihoba empezaron a correr desesperados hacia el bosque, los gitanos hicieron lo mismo imitando su accionar. — ¿Dónde está el anciano de tu padre?— un hombre de voz ronca mencionó.— ¿Ya murió? —¿Qué vienen a buscar?— Luhan lo enfrentó sin bajar la mirada.—Somos un pueblo tranquilo que no busca pelear, siembran terror entre mi gente, les pido que se vayan. —¿Gente?— aquel rufián miró hacia todos lados.— Aquí no hay nadie. —Ellos temen morir.— agachó la mirada.— Por favor, márchense. —Debes rogar.— Luhan sin titubear asintió y se arrodilló. —Por favor, déjennos vivir en paz, ya les hemos permitido usar parte de nuestras tierras para esconder su mercancía, se los ruego.— prácticamente suplicó porque a pesar de todo, sabía que aquellos podían hacerlos volar en cuestión de segundos, aquellos narcotraficantes eran peligrosos. Todos aquellos se rieron de Luhan.— Es una lástima que pronto vayamos a Europa, seres cómo ustedes no los encontraremos nunca.— se burló antes de irse con sus hombres, Minseok los vió de lejos y pudo sentir en Luhan la misma impotencia que ellos sentían por los Ihoba. :::¥::: —¡Débil!— el jefe de los Ihoba castigó a Luhan con un latigazo. —No podía permitir que alguien más muriera por su culpa padre, ya basta de eso, basta de injusticias. —¿Acaso te crees un héroe? ¿Acaso crees que no sé que estudiaste con aquellos prisioneros que tuvimos hace años? ¿Ahora te crees superior? ¡Deshonraste a nuestra gente! ¡Yo los hubiera matado en lugar de arrodillarme!— le escupió, lo hizo pero al instante empezó a toser con fuerza provocando que Luhan se preocupara. El anciano estaba muy enfermo pero no estaba dispuesto a morir hasta que su hijo le demostrara que podía hacerse cargo, sin embargo, piensa que es demasiado débil como para asumir un cargo tan importante.   :::¥::: Luhan salió furioso de la tienda de su padre, él tenía múltiples pensamientos en la cabeza por lo que decidió ir solo de cacería, cogió lo necesario para su labor dispuesto a alejarse hasta aclarar sus ideas.— ¿Irás tú solo?— un jovencito de rasgos encantadores lo paró.—Es peligroso. Luhan a pesar de todo le sonrió tras una respiración profunda, no era de enojarse con otros tras sus discusiones con su padre.—Estaré bien, descuida.— él acarició su cabello antes de mirar en dirección de los gitanos quienes se incorporaban a sus labores luego de aquel susto que se llevaron.— Volveré pronto.— y así partió. :::¥::: Minseok estaba perdido, había ingresado al bosque junto con los demás pero por perseguir a una liebre se adentró tanto en él que ahora no encontraba la salida, él estaba perdido, no sabía qué hacer, la luz del día poco a poco de desvanecía y gritar tampoco era una opción ya que seguramente pensarían que intentaba escapar, sin embargo, el frío empieza a sentirse, camina un tanto pero pronto se da cuenta que está caminando en círculos. Se sienta junto a un árbol y cierra los ojos cansado, ha caminado tanto que sus energías se desvanecieron ni bien puso su cabeza contra aquel árbol, sabe que puede ser peligroso, sin embargo, siente que ya no puede hacer más nada para salir de aquel lugar, tal vez, puede seguir intentando al día siguiente o esperar a que alguien lo encuentre, aunque, no se hace muchas ilusiones ya que si lo hacen, seguramente lo matarán. Minseok sueña con un lugar diferente, uno dónde es feliz y al ver su reflejo se da cuenta de que es un niño y su madre lo espera como siempre lo hacía para darle mucho amor antes de empezar a bailar frente a todas aquellas personas en el circo, Minseok quiere ser como ella por lo que se esfuerza siempre que va a bailar, sin embargo, en su sueño su madre poco a poco se aleja y él no puede alcanzarla por lo que se despierta tan rápido cómo se durmió.— ¡Mamá!— abre sus ojos y la oscuridad en la que debía encontrarse ha sido sustituido por la luz de una fogata. —¿Estás bien?— Luhan pregunta mientras come un pedazo de carne. —¡Juro que no escapé!— se levanta rápidamente. —¿Quieres comer?— Luhan le entrega un hueso con carne.— Debes estar hambriento. El gitano entonces entiende que no está en peligro por lo que acepta la comida ya que su estómago se lo exige.— Gracias. —Es fácil perderse.— siguió comiendo. Notus:::》》》 Hola corazones bellos, millón de gracias por todo su amorsh sin más nos leemos.  
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