Ambos se miraron a los ojos, cada uno con el corazón bombeando con fuerza en su pecho. Chiara ni siquiera podía pasar saliva. ¿Por qué le pedía matrimonio? Él la conoce a ella, pero ella no lo recordaba a él. ¿Qué le hacía pensar que confiaría completamente? —Si acepto —Ella actuó contra su juicio—, ¿Prometes dejarme ir si no me siento bien con esa vida? —Esa petición no le gustó a Alessandro, pero aun así asintió. Él no es capaz de mantenerla a su lado aun cuando ella no quiere. —No será necesario, ya te enamoré una vez y lo haré cuántas veces haga falta. Soy demasiado irresistible, tú misma me lo dijiste —Chiara río, es un completo idiota. —No eres más que un pretencioso, arrogante, egocéntrico, narcisista y pervertido —Río más fuerte por su cara—. ¿Sabes algo? Suenas a que sí me en