El mismo día Atlantic City Lance Hemos llegado al hotel y ahora estamos en la puerta de su habitación, solo veo que ella abre para ingresar a su habitación entonces actuó rápido tomándola por la cintura, buscando su boca para besarla, pero esta vez nuestros besos son ardientes cada vez se vuelven más demandantes, torpemente entramos en su habitación, mientras mis manos suben y bajar por su silueta hasta que me ánimo y le aprieto sus nalgas, ella suelta un gemido así comienzo a depositar besos en su cuello hasta que me sorprende lo que me dice. –¡Lance para! Para por favor –insiste a modo de súplica. –Déjate llevar, me vuelves loco– le digo al oído mientras sigo depositando besos en su cuello. Ella es ahora quien busca mi boca con urgencia, voy levantando su vestido y