–¡¿Dónde está mi desayuno?! –exclamó la mujer mayor desde la cocina –. Este horrible lugar es demasiado pequeño, sucio y parece que tuviera hasta animales. –¡Mamá! ¿Qué haces despierta a esta hora? –preguntó Sidney. –¿Qué hago despierta? –reclamó Marta Norton –. Son las nueve de la mañana y aquí no hay nada, mira –señaló a los platos sucios –. Esos platos son de ayer, la muchachita esa no los dejó lavados, ¿dónde está? –Ana se va a trabajar a la empresa, ella tiene un horario que cumplir –se acercó –. Déjalos, yo los voy a lavar, no lo hagas tú. –Y no deja el desayuno listo, ¿qué se supone que vamos a comer? –Ahora veo que pido. –Otra vez de afuera –reclamó –. Tengo el azúcar alta de tanto comer afuera, ¿por qué esa muchachita no deja hecho algo? O al menos debería dejar ingred