El domingo fuimos a almorzar a casa de papá como se lo había pedido a Sidney, había llamado a Dalila mi madrastra para anunciar la visita. Ahora que le daba mucha más atención a todo lo que hacía Sidney y no estaba cegada por ese amor tan tonto que se supone sentía por él, podía ver todo lo que hacía y era, la noche anterior me había dicho que iba a tomar otra habitación porque en ocasiones tenía que trabajar hasta tarde y no me quería interrumpir, casi no me dirigía la palabra cuando estaba en casa y cuando yo le mencionaba algo siempre estaba en su teléfono o distraido y solo respondía con monosilabos, no teniamos una conversación real, las conversaciones eran con su madre y ella lo trataba como un bebé, a él eso le parecía gustarle, en la oficina se la pasaba con Ana sin importarle qu