Caeli me pidió la computadora, no tenía opción más que confiar en ella por la situación, ella colocó el programa y luego conecto el teléfono.
–Está apagado –le mencioné –. No hay ningún problema con eso.
–No –respondió –. Vamos a descargar la información hacia la computadora así que no hay necesidad de eso, ¿quiere quedarse conectada al teléfono?
–Quieres decir que a pesar de que se lo devuelta podré ver lo que habla y todo eso desde mi computadora.
–Sí.
–¿Eso es legal?
Se mordió el labio y acomodó sus gafas.
–Dígamos que es como un control parental –contestó, eso indicaba que no era legal –. Muchos padres lo hacen con sus hijos, les colocan un programa en el teléfono para saber su ubicación y con quien se escribe para su seguridad.
Podía aplicarlo, pero para mi seguridad,
