Valeria Gallagher, una mujer rubia, alta, delgada y elegante, había quedado viuda de su esposo hace nueve años, no volvió a contraer matrimonio, se dedicó a sus hijos y ahora sus nietos. –Hola mami –saludó Loren acercándose a abrazar a la mujer, Thomás y Ayala fueron a su encuentro a saludar también, Hans mantuvo su distancia con un simple hola. –Tu tranquila, sigues siendo la novia de Hans –murmuró –. ¿La conoces? –No. –¿La habías visto antes? ¿Algún evento? –No asisto a eventos –respondí –. Y te aseguro que no la he visto en mi vida. –Perfecto, así es mejor. –Frederick, ¿acaso no vienes a saludar a tu querida suegra? –le cuestionó la mujer –. ¿Y quién es esta chica? –Mucho gusto señora –saludé extendiendo mi mano –. Eloise Callaghan. –Callaghan –repitió. –Es mi novia,