Encontré a mi esposo y mi hermana haciendo un plan para deshacerse de mí.
No sé en qué momento mi vida se desvió, yo soy hija de un magnate empresario, heredera de las empresas Megasoft, pero ahora mi vida se resume a cuidar de que mi suegra Marta Norton se tomé sus medicinas.
–Señora Norton, son las doce.
–Si, si, si, no tienes que recordarme –bufó molesta –. Mejor ve a preparar la comida que ya es tarde.
–Ya casi está –respondí –. Su amiga Magda vendrá hoy a comer con usted y tiene que estar bien.
–Mejor hubiera pedido algo de comer, estoy segura que tu comida simple no le gustará.
Podría hacer algo mejor si no la tengo que vigilar.
Mi suegra tiene problemas con su presión y el azúcar, debe tomar medicamento y cuidarse, también llevar una dieta balanceada y tiene que mantenerse en movimiento, eso es algo difícil. Cuando le hicieron su diagnóstico Sidney estaba devastado, él ama a su madre, así que se vino a quedar unos días con nosotros, los días se convirtieron en meses y al final se quedó a vivir, yo me ofrecí a cuidarla porque es un poco difícil.
–Señora Norton, Magda se quedará con usted hasta las cuatro, tengo que ir a hacer unas cosas, regresaré pronto.
Necesitaba comprarle sus medicinas y pasaría a la empresa con Sidney para almorzar.
–Eres una malagradecida, aparte de que mi hijo trabaja como esclavo en esa empresa tuya todavía me vas a dejar sola.
–Solo serán unas horas.
En ese momento sonó el timbre y mi salvación me saludó.
–Hola Eloise.
–Hola Magda, pasé por favor –señalé –. Yo voy de salida, regreso lo antes posible.
Ellas se quedaron en el comedor y yo salí de prisa, tal vez no tendría mucho tiempo así que debía apresurarme, llegué a la empresa y subí el ascensor, me dí cuenta que la secretaria no estaba, así que entre directo a la oficina de Sidney porque al salir corriendo de la casa antes de que mi suegra me retuviera no pude ir al baño, no tendría nada de malo que tomará su baño prestado un momento, estaba terminando de lavarme las manos cuando escuché que la puerta se abrió, iba a salir pero me detuve cuando escuché lo que decía.
–Le pediré el divorcio esta semana.
Esa era la voz de Sidney, el divorcio, ¿acaso quiere divorciarse de mí? ¿Por qué? ¿Qué hice de malo?
–Pero si lo haces tu madre dejará de recibir el dinero. –Esa voz femenina la conocía. – Tú no conoces a Eloise como yo, ella puede vengarse, te va a quitar de la empresa y me sacará a mi también en el momento que se entere de nosotros y tu madre necesita su medicina –aseguró –. No importa si nos tenemos que seguir escondiendo, yo te amo.
Es Ana, mi hermanastra.
–Pero no puedo seguir así con ella.
–Si yo pudiera ayudarte, lo haría, pero también perdería mi trabajo, estoy aquí por ella también –mencionó –. Eloise maneja nuestras vidas, lo siento mi amor.
Mi amor, así trata a Sidney.
Es verdad que yo soy la principal heredera de la empresa, pero es porque ella no es hija de mi padre, su madre era la sirvienta de la casa, un año después de que mi madre murió ellas llegaron a la casa, pero Ana solo es hija de su madre, no de mi padre, aunque él la ha tratado como una hija.
–¿Y sí ya no está? –dijo Sidney.
–¿Qué estás diciendo?
–Que si me deshago de Eloise, tú y yo podríamos estar juntos y nos quedaremos con la empresa.
–Ay, amor, ¿qué cosas dices? –comentó –. Es imposible que Eloise desaparezca.
–Pero yo me encargaré de todo, la haré desaparecer y estaremos juntos por siempre.
De verdad, este es el Sidney que se casó conmigo.
–¿Harías eso por nosotros? –dijo Ana.
–Haría lo que fuera por nosotros, Ana, te amo.
¡Malditos!
No me di cuenta y roce el pequeño frasco sobre el lavado que cayó al suelo, se hizo un ruido y me tapé la boca.
–¿Escuchaste eso?
–Creo que viene del baño.
¡Ay no! Ya me descubrieron, cerré los ojos cuando sentí algo húmedo por mis mejillas, estaba llorando, escuché unos pasos acercarse, pero a tiempo tocaron la puerta y creo que eso desvió su atención.
–Señor Norton, lo están esperando en la sala de reuniones –escuché la voz de su secretaría.
–Si, ya voy.
–Vamos, amor –corrigió Ana –. Recuerda que yo también debo estar ahí.
Los escuché salir de la oficina y me dejé caer al suelo, no puedo creer lo que acabo de escuchar, ellos quieren matarme, o yo qué sé lo que planea Sidney en mi contra, le dí todo lo que tenía, mi empresa, mi vida y él me paga de está forma, no lo puedo creer, yo lo amaba, creí que él me quería de verdad, no solo por mi dinero y meterse con Ana, mi propia hermana haciéndome esto, ¿qué voy a hacer ahora?