Por la mañana me levanté y toqué el lado de la cama que estaba vacío, abrí los ojos y efectivamente Hans no estaba, ayer se había quedado a dormir, me dí la vuelta, abrí el cajón y me puse las gafas, miré el desastre alrededor, busqué mi teléfono y tenía unas llamadas de Nathaniel, seguramente quiere saber cómo me fue en el viaje.
–Ven a mi departamento está noche –le escribí.
Era tarde y aún debía arreglarme para ir a trabajar, salí del dormitorio y cuando estaba bajando las escaleras me quedé a medio camino cuando ví que Hans estaba sentado en un banco cerca de la cocina.
–¡Car.ajo! –murmuré y me tuve que regresar al dormitorio, me metí al baño a cambiarme de ropa, colocarme las lentillas, peinarme y al menos colocarme un poco de lápiz labial, ahora sí volví a bajar, pero está vez
