POV Herse Mis pupilas miraban con terror como los golpes no se detenían, sus nudillos ya tenían manchas de sangre, pero esto no lo paraba, era como si lo incitara a continuar. —¡Señor Harel! —Traté de llamarlo, mas no me escuchaba. El sujeto tenía el pómulo morado, la nariz rota y el labio partido, producto de los golpes que Judas le estaba dando. Dios mío, si no hago algo lo va a matar, cada gota de sangre que caía al suelo me dejaba sin aliento. —Ya basta señor Harel —intenté detenerlo por el brazo, pero él seguía en una especie de trance, moliendo a golpes a ese sujeto—. ¡Ya, por favor! —grité tan fuerte que hasta sentí un ligero dolor en mi garganta, el cual sirvió para que Judas al fin reaccionara y lo soltara. Judas miró sus manos y luego al tipo. —Se van a arrepentir de