POV Graciela Mi madre estaba furiosa, y cuando me observó, no dudó en llamarme, a lo cual yo solamente pude obedecer. Regresé donde ella, y apenas estuve cerca, me miró con desaprobación. —¿Se puede saber qué hacías hablando con ese empleado? —preguntó con un tono gélido y sus ojos fulminándome. Sentí un nudo en la garganta y la angustia me apretaba el pecho. Mi voz apenas salió en un susurro tembloroso. —Lo lamento, mamá —respondí bajando la mirada, sintiendo una mezcla de vergüenza y temor. Su expresión de horror me hizo encogerme aún más. —¡Qué horror! Imagina si alguien más te hubiera visto, el escándalo que se armaría. Cualquiera creería que ustedes dos son muy buenos amigos, y eso es algo que ni siquiera puedo imaginar. Sería un completo desastre y deshonor para nuestra familia