POV Antonio —Ehhh, yo… —dije, completamente avergonzado, mientras me apartaba rápidamente. —¡Idiota! —exclamó ella, furiosa y avergonzada, empujándome de vuelta a mi asiento. Sentí mi rostro arder de la vergüenza y solo pude murmurar una disculpa mientras me abrochaba el cinturón de nuevo. El resto del vuelo transcurrió en silencio, con Graciela lanzándome miradas de desprecio de vez en cuando. Finalmente, el avión aterrizó y nos dirigimos al hotel donde nos hospedaríamos. A medida que nos acercábamos, mis nervios aumentaban. —Antonio, lleva mis maletas a mi habitación —ordenó Graciela, todavía molesta. —Sí, señorita —respondí con resignación, tomando las maletas y siguiéndola hasta su habitación. Nunca me he quejado por llevar cosas pesadas; sin embargo, lo que llevaba esta mujer e