Al salir corriendo del bufet no pude saber que era lo que realmente iba a decirme Liam, el me pone muy nerviosa, no puedo decir que me incomoda, es algo que no puedo explicar, sentirlo cerca me pone de un modo, realmente no se explicarlo. Mi teléfono sonó y me asuste un poco —¡Hola Damia! Como te fuiste ayer no pude explicarte ciertas cosas ¿Podrás venir hoy? Su voz por teléfono era mas grave de lo normal, me dejo sin habla y eso que no lo tenia de frente —Damia ¿Sigues ahi? Si, si disculpe, puedo enviarle un mensaje mas tarde, no se a que hora salga hoy de trabajar —Claro, no hay problema, espero su mensaje, que tenga buen día Este hombre me deja temblando solo con hablar, en definitiva era un pecado ambulante, sueña ilusa, el es un abogado de renombre y tu, una insignificant