Me levante de golpe despertando a Steven que estaba acostado en la colchoneta conmigo, si lastimosamente era lo unico que podía ofrecerle a mi hijo ya se su padre nos trataba como una mera moneda de cambio, solo le valíamos para sacarle provecho a la fortuna de su padre.
Esa pesadilla me despertó, habían pasado algunos años de eso y aun quedaban secuelas, los traumas que me causaron creo que jamás voy a poderlos olvidar No tengo derecho a nada, soy una prisionera en esta casa donde él nos permite estar hasta que se canse de nosotros y nos vote a la calle, mas bien hasta cuando dejemos de servirle
La puerta de la casa se abrió de golpe, fue tan fuerte que me asusto aumentando mi nerviosismo, lo bueno fue que Steven no se despertó seguía durmiendo profundamente. Deben de preguntarse ¿Quién es Steven? Pues es mi hijo, un bebe de apenas tres meses, le toco aprender a callar desde que nació ya que a su "padre" le molestaba el llanto que producía y queria golpearlo, por eso enseñe al niño a no llorar, ni yo se como lo hice siendo mi hijo tan pequeño
Me atreví a mirar por el hueco que hay en la puerta y no me sorprendió lo que vi, prácticamente ya estaba acostumbrada, era lo mismo casi todas las noches, mi "flamante esposo" llegaba liado con cualquier mujer de la calle siempre y hoy no era la excepción, el que no me sorprendiera no era que no me doliera despues de todo tenia dependencia, eso lo entendí mucho despues
Trate de que el niño no haga ruido, que no se despertara para no ser maltratados una vez mas por Edward, el odia que lo llame asi, para el somos unos simples estorbos y tenemos que llamarle señor Edward o señor Campbell cuando su padre no esta presente, frente a el debo ser la mujer manipuladora que el señor Zack piensa que soy, escucho sus voces y el dolor me embarga
—¿Vives aqui solo Edward?
—No vivo con mi esposa y mi hijo, no te preocupes por ellos
—¿Eres casado?
—Claro que si ¿Qué pensabas? Mira muñeca creo que confundiste las cosas, lo nuestro es pasajero como dicen
—Eres un bastardo Edward ¿Cómo eres capaz de hacerle eso a tu esposa?
—A ella no le importa, es mas puedo llamarla si deseas y ella podrá decírtelo
Hasta ese momento estuve en paz, Edward abrió la puerta del armario donde dormía con mi hijo y me jalo del brazo sin importarle que el niño estaba a mi lado, me tiro a los pies de la mujer que habia traído esta noche, por mucho que quisiera esa mujer me sobrepasaba en todo y lo sabia ni intente mirarla para no sentirme mas avergonzada
—Lo vez, ella hace lo que yo diga, no tiene ni voz ni voto en esta casa
Vi los ojos de la mujer, eran entre horror y lastima al verme, me encogí mas en mi lugar y no hice movimiento alguno
—Vamos Dalia habla a la señorita no seas una mal educada
Me jalo el cabello para que me levantar del suelo y no pude hacerlo, la pierna que tenia lastimada por los golpes que me propino en la mañana aun no sanaba, opte por tomarlo del brazo y ese fue mi peor error
—¡No me toques con tus mugrosas manos Damia!
Solo sentí el sabor de la sangre en mi boca, ya ni siquiera la limpie, estaba acostumbrada a sentirla, la señorita que hoy lo acompañaba me ayudo a levantarme, temblé al sentir sus manos en mi cuerpo
—No te voy a hacer daño, trato de ayudarte, ven toma asiento
Gracias, pero no debo sentarme en ningún mueble de la casa, vi la reacción que tuvo y miro de donde me habia sacado Edward
—¡Déjala! ¡No la toques! Es una basura y no merece tocar mis cosas, Damia arrástrate a tu hueco, tu mocoso empezó a llorar
Asentí ante la señorita que fue amable conmigo, como pude camine donde estaba mi hijo, como siempre tan... "amable" Edward me pateo para llegar mas rapido
—¡Edward! ¡No puedes tratar asi a tu esposa! ¡No té das cuenta que es solo una niña!
—Me arruinaste la noche Damia, esta me la pagas, ni pienses en `pedir piedad
—Tu la tocas una vez mas Edward y no se de lo que soy capaz ¿Por qué eres tan inhumano?
—Ella no vale nada, me la dieron por una deuda, no le tomes importancia cariño, mejor sigamos ¿En que estábamos?
— Estas loco, me voy de aqui, sabrás de mi Edward Campbell, no te dejare seguir abusando de esa pobre niña
—No es ninguna niña, ya cumplió 19 y es mi esposa legal, ya se me quito el animo, mejor llamo a una puta, a ellas les p**o y no joden tanto y son calladitas, no te metas conmigo no sabes lo que soy capaz de hacer
En ese momento supe lo que me esperaba esta noche, trate de volver a dormir a Steven y ponerle unos tapones de oídos que conseguí , no queria que mi hijo despertara en medio de la noche o por los gritos o Edward enojado como estaba era capaz de hacerle cualquier cosa, respire hondo y espere lo que seguía
—¿Estas viendo lo que ocasiones? Eres algo que no me sirve y ese estorbo que es tu hijo es peor, los odio con mi vida
—Sentí un dolor fuerte cuando su mano se estampo en mi cara, cabe decir que este era el trato normal aun no habia empezado, al ser un hombre de 175 y con gran físico, no tenia ni como mover un dedo, ya que mi pobre cuerpo llega al metro cincuenta y ni digamos mi físico, una patada en mi estomago me regreso a la realidad, me tiro en la cama y solo escuchaba las ofensas y burlas que me hacia, esta era mi vida, no grite, no llore, no corrí, me resigne y rogué al cielo poder morir despues de poder a mi hijo en un lugar seguro