Mariposa Negra

Capitulo Dos: ¿Vivo o sobrevivo?

Desperté como todas las mañanas con el hermoso sol alumbrando mi ventana, con sus rayos de luz y el canto de los pájaros, entiendan mi sarcasmo. El sonido estresante de la alarma, me despertó, no puedo negar que como mala madrugadora tuve las inmensas ganas de estrellarlo contra la pared. Aun así, me contuve después de recordar que fui yo quien lo coloqué tan temprano; esto no es muy normal en mi, como dije soy pésima levantándome temprano, pero hoy, es un día en el que tengo demasiadas cosas por hacer.

Por ejemplo: empacar para regresar a mi dulce hogar. Un hogar donde aun no se como darles la cara, pero como me han enseñado "puedes tomarte el tiempo que necesites pare reponerte, pero sabes que tarde que temprano deberás enfrentar aquello por lo que huyes" palabras sabías de papá. He sentido que es momento de enfrentarme a la vida que deje atrás después de todo ya no soy aquella chica que fui en el pasado, ahora siento que he crecido. Ya no tengo quince años. Hace mucho que no me sentía tan emocionada, ver a mi familia me pone ansiosa, eso si debo recalcarme que estaremos juntos, pero no revueltos.

Ahora que lo pienso llevo cinco años largos sin verlos de cerca, he tenido que conformarme con las fotos que me traen todos los viernes con el informe de ellos. Son tantas mis ganas de torturarme que con la única que me permito es hablar con ella, con Cambri mi pequeña de ojos azules. Cinco años sin verlos es demasiado tiempo, sé que fue una decisión extrema, pero lo ameritaba, después de aquel día decide que lo mejor era alejarme de ese mundo donde lo que brilla y lo que más se desea es el poder. Tome aquella decisión tarde y por ello no los he vuelto a ver, ni hablar eso no quiere decir que no sepa nada de ellos, al igual que ellos no sepan de mi.

Bueno debo decir que mi decisión de regresar influyo bastante que una pequeña princesa este próxima a su cumpleaños numero once. Llevo tanto tiempo si verla en persona que quiero ser su sorpresa; nadie sabe que iré. La extraño tanto, pero fue por el bien de ella y de todos, necesitaba madurar, necesitaba conocer un mundo diferente al que me crie.

Antes de levantarme me estiro en toda la cama intentado quitarme de encima la pereza además el sueño es demasiado notable. Estando de pie me dirijo al baño donde hago mis necesidades y rápidamente tomo una ducha corta, luego de prepararme con un leggins deportivo azul oscuro además del top n***o adicional de entrenamiento ¡Hoy será un día muy agotador! Como estaba diciendo luego de prepararme salgo de la habitación lista para elaborar mi desayuno nutritivo. Luego de darle comida a mi estomago que lo pedía a gritos salgo de la casa eso si no sin antes tomar las llaves del apartamento al igual que las del auto junto con mi celular.

Al llegar al gimnasio lo primero que veo es a Ricardo Hitachi un hombre de cuerpo trabajado, horas y horas de gimnasio. Este hombre para ser exactos es el hombre que mi padre mando para que me vigilara, bueno yo lo veo de esa manera, pero es más fácil que sea para que me cuide después de todo se han visto casos en los que los hijos se retiran del negocio y todos los buitres van a por ellos. A veces siento que soy muy impulsiva, papá cree que cometeré una estupidez como la de hace años, no lo culpo, pero parece que se olvidó que fui muy bien entrenada como para no darme cuenta que fue mandado por él ¡Es demasiado obvio! Aun así, estos años no les he dado razones y me he mantenido a la gran distancia de los problemas, en fin.

Riki como le decimos todos en el gimnasio tiene treinta y cinco años, es casado y tiene una hermosa niña de cuatro años. Él es uno de los encargados del negocio en Nueva York se encarga de manejar y mantener todo el orden en algunas de las empresas, pero desde hace cinco años le ha tocado ser mi niñero. Ricardo no es un empleado de papá como los demás, podría decirse que este es un socio de Antonio. No sé cómo termino siendo niñera, pero ¿Enserio creen que soy idiota o despistada? Según es el entrenador de este gimnasio aclaro que no lo hace mal ¡Estoy segura que este gimnasio es suyo! Como estaba diciendo es bueno en lo de entrenar, pero su posee lo delata fácilmente, ¿Qué cómo se eso? sencillo que este lejos de ese mundo no quiere decir que lo haya dejado por completo, me gusta saber quiénes son las personas que me rodean y como están los míos.

Debo decir que efectivamente Ricardo se ha convertido en un gran amigo, más que de amistad esto se trata de respeto; es una de las pocas personas que hicieron llevadera mi estadía en este lugar de lo contrario me habría vuelto loca. Me ha ayudado mucho con los entrenamientos, puede que este lejos de este mundo, sin embargo, no quiere decir que no pueda aprender cosas nuevas para defenderme, además en este negocio nunca estas retirado para mi mala suerte en cualquier momento pueden llegar tus enemigos y atacar no le importaran si es de frente o por las espaldas, por esa razón, aunque este lejos de ese mundo sigo entrenando y amplificando mis capacidades de resistencia porque sé que en algún momento él aparecerá queriéndose llevar de mi lo que no pudo hacer hace años.

Lentamente me acerco a Riki quien se encuentra hablando con uno de los chicos que golpean el saco todos los días.

- Buenos días – saludo asintiendo con la cabeza hacia ambos.

- Danna – saluda amablemente Ricardo con su característica sonrisa si supieran lo que es – continua con tu entrenamiento – habla dirigiéndose el chico ¿Enserio siguen con ese teatro de que es su ayudante? Después de asentir el chico desaparece mirando todo a su alrededor.

Espero con una ceja arqueado que me diga algo, pero parece esperar que sea yo quien hable. Contengo las ganas de rodar los ojos ya se nota que es un alfa - ¿Qué me enseñaras hoy?

Algo bueno tenía que sacar de esto la verdad es que entrenar con Ricardo tiene sus beneficios como una mirada aquel picante cuerpo prohibido, pero lo más importante es conoce de ese mundo donde si descuidas te acaban y su forma de lucha tiene mucho que aprender como diría mi madre «La experiencia» cada vez que vengo tiene algo nuevo que enseñarme y para mí una mujer que le gusta saber incluso como romperles los huesos a las personas con la mirada es excitante. Estoy exagerando un poco con eso de romper huesos con la mirada.

- ¿Por qué tan temprano? – cuestiona extrañado.

No quise que se enterara de lo contrario se lo diría a papá y eso no estaba en mis planes – Tengo algunas cosas importantes que hacer – puedo jugar un poco.

- ¿Algo malo?

No puedo evitar sonreír - ¿Tus hombres no te lo han informado?

Frunce el ceño confundido - ¡¿Cómo?!

- Viajare – veo millones de preguntas en sus ojos, pero no dice nada.

- Oh – es como si estuviera buscando la forma de escaparse y llamar a papá – entonces solo te voy a enseñar algunas tácticas para que pongas en práctica y luego te puedes ir para que termines de preparar todo para el viaje – comenta aligerando su sorpresa con una sonrisa moja bragas ¡Que suerte tiene su esposa!

Da la vuelta dirigiéndose al ring moviendo ese trasero duro digo no lo he tocado, pero a leguas se puede ver (imagínense el emoji con la mano en la boca) este hombre toda perfección, una belleza cautivadora, encantador, pero peligroso. Realmente es muy guapo y con ese cuerpo en forma dan ganas de todo, pero bueno debemos dejar esas ganas de todo en un lugar escondido.

Inicio el camino unos pasos detrás de los suyos – Por cierto, espero que no vayas a decir a nadie – suelto haciendo que se detenga para ver. Puedo ver como cada parte de su cuerpo se tensa.

Quiero reír, pero prefiero mostrarme seria.

- ¿A quién podría decirle? – intenta sonreír, pero logro vislumbrar aquel tic nervioso en las esquinas de sus labios.

Enarco una ceja subiendo el ring algo que el imita – Quizás a mis padres – me encojo de hombros restándole importancia.

El hombre me observa por un momento hasta que parece notar que se lo que ha estado ocultando – No los conozco ¿Por qué le diría? – es bueno diciendo mentiras; lo que él no sabe es que está hablando con la experta.

Ruedo los ojos mostrando mi irritación falsa – No lo sé. Tal vez porque es tu socio – sonrió de burlona diciéndole te atrape.

- ¡¿Desde cuándo lo sabes?! – inquiere sabiendo que fue descubierto.

Le sonrió con picardía alzando mi cabeza con orgullo – Desde el primer momento – el hombre no oculta sorpresa, pero una sonrisa se extiende por todo su rostro – ¿Empezamos? – suelto sin ocultar mi tono divertido y mirada de sabelotodo.

El entrenamiento se alarga por tres horas sin ningún descanso. Después de bajar el calentamiento del cuerpo me encamino a las duchas de mujeres no demorándome tomo un short blanco y una camisa azul manga larga pegada al cuerpo. Antes de salir de los vestidores tomo mi celular encontrando un mensaje que me arranca la sonrisa.

Oye amiga de mi alma te aviso que ya estoy en el apartamento. No demores tengo hambre y la cocina colapsará_ Cristal

Niego con la cabeza a pesar de que no me puede ver. Como lo pudieron notar he de tener una amiga con buen apetito que come como por cinco; además de que no se puede acercar a la cocina porque estalla. Y en eso si que no estoy exagerando es un desastre en la cocina es mejor que siempre se mantenga alejada de ella parece que nunca podrán ser amigas.

Cristal Bianchew es mi mejor amiga se ha gano ese puesto a pecho, ha sido mi apoyo y se ha enfrentado a diferentes circunstancias por mi culpa. La primera vez que la me dolió el alma a veces tenemos lo que otros nunca podrán tener y duele saber que hay personas que sufren por no tener esas cosas materiales. Desde el primer momento que la vi me supe que sería muy importante para mí y no me equivoque, quizás fue su mirada de gratitud lo que me dijo que ella me daría su lealtad, quizás fue su pureza esa que yo no puedo tener. Tal vez esto suene como homosexual enamorada, pero amo a esa chica, es la amistad más importante y sincera que tengo. Seria hipócrita de mi parte decir que yo fui quien la ayudé ella también lo hizo conmigo. Entre las dos nos ayudamos formando una amistad muy leal.

Llevo cinco años de conocerla, es una gran persona a pesar de ello hay una parte de mí que no me he atrevido a contarle es ese pasado que me quema, ese que aun en sueños me persigue. Puede ser que tal vez no me vería con otros ojos, pero temo que mi pasado llegue a ella. He aprendió que mis errores le pueden hacer daño a todos los que me importan.

Es gracioso las coincidencias de la vida; ella también tiene 20 años y cumple el 14 de febrero ¡Día de los enamorados! Al igual que yo ¿Qué cosas no? Su personalidad es un poco diferente, es divertida, burlona, risueña, ella es luz a diferencia de mi se encariña muy rápido. Es por eso que temo que algún imbécil le rompa el corazón. Su aspecto es alto más que yo, su cabello es n***o aclaro que es natural, ojos cafés oscuro y su cuerpo mierda ni hablar es hermoso, tiene unas cuevas de infarto y todo en su justo lugar, puede sonar raro, pero adoro resaltar la belleza de la otra.

Al salir de las duchas antes de irme vuelvo a entrar al salón del gim buscando al hombre que me ha entrenado en estos años.

- Riki – lo llamo mientras me acerco a paso rápido – venía a decirte adiós.

- Ten un buen viaje pequeña – guiña el ojo galante.

- Gracias por todo. Cuídate después de todo no sé cuándo volveré a verte.

Me regala una sonrisa encantadora – Tranquila estoy seguro que si nos volveremos a ver, además estaremos en contacto, no te libraras de mi fácilmente – me pincha la nariz con el dedo para luego abrazarme a lo que gustosamente no dudo en corresponder.

Es imposible no reír para mí – Ni que crees que te desharás de mí. todavía tienes mucho que enseñarme – rompo el abrazo observándolo fijamente – me tengo que ir – aviso lista para darme la vuelta y prepararme para ir a casa.

No demoro más de treinta minutos para llegar al apartamento; al estar adentro me encuentro con algunas maletas de más esas que deje listas anoche. Pero no es eso lo que llama mi atención sino a una chica de cabello n***o con un tarro de arequipe en mano y ese no es suyo ¿Qué? ¡Unos aman la nutella! Yo amo el arequipe endulza un poco mi vida. Esta sentada en el sofá más grande de piernas cruzadas mientras ve una novela de romance, no puedo creer como le gustan esas cosas, pero son sus gustos y los respeto como dice mamás «Entre gusto no hay disgusto»

- ¿Cómo estuvo tu día? – habla sin alejar la mirada de la televisión.

- Genial ¿Qué tal el tuyo?

Hace una pequeña mueca – Digamos que bien – sonríe tristemente.

La observo fijamente intentando comprender su estado de ánimo – ¿Pasa algo? – hay cosas que no logro comprender cuando se trata de una mujer tan sentimental como ella.

Niega mientras sus ojos se llenan de lágrimas – Nada – el tono de su voz se vuelve débil como si le costara hablar. Arqueo una de mis cejas esperando que continúe – es nuestro último día juntas – intentan no llorar, pero una lágrima desciende por su mejilla – eres… eres mi única familia – solloza.

La entiendo a la perfección. En realidad, ya había pensado en ello; eso si tuve que pensarlo de todas las maneras posibles hasta con la matriz DOFA. Ahora eso depende de ella es su decisión.

Tomo asiento a su lado tomando su rostro en mis manos – Estaba meditando la forma de pedirte que vinieras conmigo – con solo soltar aquellas palabras y sus ojitos se iluminan - ¿Entonces?

Suelta un chillido mientras su brazo se cuelga a mi cuello tumbándonos en el sofá – Claro – chilla cambiando su rostro de tristeza a emoción si no me la conociera diría que es bipolar – ¡Voy a empacar! – se levanta del sofá corriendo de un lado a otro mientras se sorbe la nariz; parece una niña chiquita que le dieron aquello que tanto quería.

Al igual que Cris me dirijo a la habitación con la idea de terminar de empacar solo lo esencial no es como que piense llevarme todo. Este apartamento lo dejare en arriendo, con todo lo que tiene adentro, será un ingreso para las cosas de la universidad. No solo son mis gastos, si no los de Cristal. Paso cerca dos horas arreglando las maletas y dejando todo el apartamento impecable para las personas que la habitaran antes de planear el viaje ya había negociado con las personas. No puedo evitar mirar a mi alrededor con un poco de nostalgia ¿Cuándo volveré? Creo que nunca.

Tomo una ducha refrescante descansando los músculos que trabaje. Luego de la ducha me visto con un pantalón n***o pegado a mi cuerpo, una camisa blanca, además de una chaqueta y unos botines negros de cuero, creo que ya se dieron cuenta de cuanto amo el color n***o. Tomo las maletas saliendo del cuarto cuando Cristal hace lo mismo.

- ¿Lista? O perderemos el vuelo – algo que tengo es la puntualidad, ante todo, no puedo llegar ni un minuto tarde.

- Andando estoy super emocionada por fin voy a conocer el lugar que vio nacer a mi amiga – da saltos como niña pequeña con sus maletas en cada mano.

No demoramos más de media hora para llegar al aeropuerto, donde tenemos que esperar.

- ¿Cómo es Francia? – curiosea Cris.

- Si te cuento, pierde el encanto, es mejor que esperes y lo veas cuando lleguemos.

Pasajeros con destino a Francia por favor abordar el avión por la puerta 147 habla la mujer de los avisos por todo el aeropuerto. Vuelvo la mirada atrás y con un fuerte suspiro me digo que es momento de enfrentar lo que deje atrás. Estando en el avión nos sentamos la una al lado de la otra, cada una con su cabeza en otro lugar. Con un fuerte suspiro y una mirada abajo me pongo los audífonos y la música no demora en sonar Beret – frio una de mis favoritas. Tiene un mensaje emotivo que me llevo a cerrar los ojos llevándome a mini sueño corto de algunas horas.

Al abrir los ojos me encuentro con una luz tenue y la mirada de la pelinegra encima de mi – Llegamos – susurra suavemente como temiendo que moleste por despertarme.

Entonces recuerdo que volví a Francia, mi antiguo hogar, el que cambio mi vida, pero por el que daría mi vida quiero decir por las personas que están aquí, por mi familia. La realidad es que ahora necesito una sonrisa de Cris esas que me dicen te apoyo amiga, esa que me diga te apoyo. Quizás por eso esta aquí, creo que es porque necesito a alguien alejado de todo esto con el que pueda sentirme una persona normal.

- Regrese – suelto apenas en un susurro inaudible, solo espero que él no decida aparecer.