—Son unos papeles —responde algo obvio, Ascher se frustra y Tim se burla—. ¿Verdad que no es lindo estar del otro lado? —Coloca los codos en su mesa con un bolígrafo entre sus manos más una sonrisa maliciosa. —¡No estoy para juegos! —El rubio golpea la mesa con su mano y luego lo señala en forma de advertencia—. ¿Por qué me mandaste esos papeles? —No sabe si estaba furioso por la información que contenía o porque odia quién se lo mando. —Te dije que no te pasarás de listo conmigo Ascher. —Lo examina con aquella sonrisa de maldad—. La otra vez me preguntaste que quién era yo para amenazarte, el cual mi respuesta fue que era lo suficientemente como para alejarte de ella y tenerla bajo control, pues esas son pruebas de lo que soy capaz. —El rubio lo mira con horror. —¡¿Así es como la manti