16 de marzo de 1920 Daisy El tintineo de los cubiertos resonó suavemente bajo el murmullo de las voces que fluían libremente en el restaurante. Daisy trató de ignorar la voz ronca de James que se mostraba maravillosa mientras hablaba sobre sus negocios. Haberlo acompañado a la cena no debería de haber sido tan doloroso como había imaginado. Sin embargo, aquello estaba siéndolo mucho más de lo que le gustaría. Cuando aceptó acompañarlo, no pensó que pasaría siendo ignorara la mayor parte de la noche. Aquello solo hacía todavía más doloroso lo que ya sabía y él no hacía nada para demostrarle lo contrario. James hablaba y hablaba, bebía vino y comía. De vez en cuando, le dirigía algunas miradas con aquella vista esmeralda para ver cómo andaba. Debería sentirse feliz de que no la hubi