El aire continuaba siendo pesado, dando la ligera sensación de estar asfixiándose, lo cual sería bastante lógico ya que probablemente se encontraban a muchos metros bajo la superficie terrestre. La habitación continuaba iluminada por el tubo de color verde fosforescente, no estaba completamente claro el sitio, pero si lo suficiente para que pudiesen ver sus rostros con facilidad. —Alice McAdams, se pasó de lista, mintió varias veces, provocando grandes daños por dicha razón. Muerte y encarcelamiento a personas inocentes, aunque bueno, no tan inocentes —volvió a curvar sus labios apenas en una sonrisa a medias—. La joven rubia fue distribuidora de drogas por un tiempo, haciéndoselas llegar a los chicos del mismo colegio en el que estudiaba. Un buen día la atraparon con las ma