Me asignaron una habitación en la casa de mi tía. Por un lado, era más fácil para mí, que ella supiera mi engaño, no tenía que fingir, y por otro lado, esperaba un precio por mi hospitalidad, que podría ser imposible pagarlo.
No he visto a mi «primo», la anciana dijo que él estaba fuera en un viaje de negocios. Llevo ya en Petersburgo una semana, pero nunca he estado en ningún sitio, nunca he salido de casa. Si, como la primera vez, tengo solo cuatro meses para encontrar a Iván, el tiempo me apretaba.
La «tía» era una persona con discapacidad, no podía andar, pero la llevaba en los brazos a todas partes Vasily, su fiel servo. Hasta dormía en su habitación, por si acaso.
Al día siguiente, que me quede en casa de la vieja, Glasha vino a mí, diciéndome que el príncipe me la cedió como sir
