No lo esperaba

1882 Words
Marcia y yo llegamos a este lugar completamente separado del ruido de los conciertos y con un poco más de luz que me permitió ver su hermoso lunar en la comisura de sus labios. Es bella, muy bella, hermosa diría yo y debo decir que estoy completamente hechizado por la manera en que camina, su cabello largo, esos ojos grandes y bonitos y su voz, tiene muy bonita voz.  —Jamás había estado en la zona V.I.P— Habla rompiendo el silencio.  —Jamás había estado en un festival como este.  —Se nota.— Contesta y me ve de los pies a la cabeza,—vienes de traje así que es evidente que no vienes a estos lugares.  —¿Tan obvio me veo? — Contesto y ella sube la ceja.  —Debo admitir que el conjunto te queda genial pero sí destacas entre toda las personas, excepto que seas como un tipo James Bond, y eso me convierte en chica Bond.  —¿Eso quiere decir que estás tratando de seducirme?  —No lo sé señor Bond, dígame usted.— Responde y luego sonríe.  —¿Quieres algo de beber? — Pregunto mientras nos acercamos al bar.— Tengo una botella de tequila y una cabaña privada caminando hacia allá.— Y señalo unas luces al fondo.  —Eso fue directo, me gusta, acepto tu invitación, aunque no sé si deba confiar en el único hombre que trae traje en medio de un festival de música electrónica…  —O tal vez… soy en el único que debes confiar, pero eso no lo sabrás hasta que pruebes tu suerte.— Digo de una manera tan seductora que hasta a mí me sorprende.  —Vale… ¡Hagámoslo! Sólo… — Y ella me toma una foto con su móvil. —¿Qué es eso?  —Mi seguro, así si pasa algo sé quién eres… la enviaré a mi correo y le pondré hombre con traje en festival de música electrónica.  Me río, se me hace chistoso que lo haya hecho, creo que Marcia no sabe que soy bastante conocido.  —Muy bien y ¿yo qué seguro tengo?  —¿Cómo? —A lo mejor eres un femme fatale que quiere seducirme y no sé hacerme algo ¿qué seguro tengo yo por si pasa algo?  —Bueno, no sé qué desees… ¡ya sé! —Y sin que yo lo pida ella se acerca a mis labios y me da un leve beso que hace que todo mi cuerpo se encienda.  —¿Qué tipo de garantía es esa?  —Ya tienes mi ADN en tus labios… si te encuentran sabrán que fui yo.  Entonces si poderme contener, la tomo de la cintura y vuelvo a besarla, esta vez permitiendo que mi lengua se abra paso en su boca y ambos nos sumerjamos en esto que sabemos a dónde nos llevará.  Me separo de ella y la veo a los ojos—¿Aún sigue en pie lo de la cabaña? —Pregunta.  —Vamos.— Murmuro y sin más la tomo de la mano para llevarla conmigo atravesando a las personas que bailan y beben felices.  Jamás había venido a un festival, ni siquiera me llamaban la atención y ahora agradezco los constantes ruegos de mi amigo por invitarle y la mano dura de mi padre al enviarme como representante, sobre todo al ver a esta hermosa mujer entrar a mi cabaña oscura, simplemente iluminada por las luces de afuera.  Al cerrar la puerta, los sonidos se van y un intenso silencio nos cubre, uno abrumador, tenso, s****l. Marcia recorre el lugar con su mirada, no hay mucho que ver, sólo una cabaña limpia y sin usar. La verdad, cuando la renté, no pensé darle ni un uso ya que mi plan era regresar a mi piso y en la ciudad, pero ahora, no hay otro lugar en el que quiera estar.  El recorrido termina y Marcia regresa a mi con ese caminar tan sensual y ese top crop que me deslumbra a pesar de que no hay luz.  Me mira a los ojos provocando unos nervios en mi que me hacen temblar por un momento ¿es posible enamorarte de una persona a primera vista?, no lo sé, pero de pronto siento que mi vida le pertenece.  Subo mi mano hacia su rostro y lo acaricio con ternura—Marcia, yo me voy a casar contigo,—le confieso. Ella sonríe, se humedece los  labios y sin pedir permiso me besa, esta vez con todas las intenciones de llevar esto más allá y yo estoy dispuesto a irme donde me lleve. Cuando sus manos van directo a mi saco para quitarlo de mi cuerpo y dejarlo caer, sé que tengo todo el consentimiento del mundo para estar con ella.  Mis manos suben hacia ese top de lentejuelas que tanto ha llamado mi atención y paso mis dedos sobre él, puedo sentir la dureza de la tela y como los pequeños brillos se reflejan en mi rostro.  Marcia me lleva ventaja, sus manos ya van quitando mi camisa y pude ver como se muerde los labios al empezar a describir mi pecho, y acariciarlo con la punta de sus dedos. Mi piel se encuentra caliente, ansiosa pero mis manos nerviosas, no sé qué me pasa pero tiemblo como un inexperto  en esta materia cuando nada que ver. No sé si sea la seguridad que ella tiene en este momento o que simplemente nunca me había acostado con una mujer que hace diez minutos dije que conocía para poder pasar al baño del VIP.  —¿Es tu primera vez James Bond? — Me comenta y yo niego.  Ella se quita el top de lentejuelas mostrándome un sostén de encaje, color n***o, sin tirantes. Lo avienta hacia uno de los sofás del lugar y sonríe.  —Creo que ya resolvimos el problema ¿no crees? — Pregunta, haciéndome sonreír.  —Lo siento, jamás había estado tan nervioso antes.  —Sé que te quieres casar conmigo, pero esta no es nuestra luna de miel ¿sabes?, yo quiero, tú quieres, ¿lo intentamos? — Propone.  —Intentémoslo.  Así me aferro a sus labios haciendo que cada movimiento de mi boca le corte la respiración. En segundos mi seguridad regresa por completo. Termino de quitarme la camisa y sin mucho que pensar paso mis manos debajo de sus muslos para cargarla y así, llevarla hacia la solitaria cama que nos espera con ansias.  Recuesto a Marcia, lo hago con cuidado y ella al caer lanza una ligera risita que me hace sonreir. Sus ojos brillan, no sé si es por el exceso de cerveza o porque simplemente su mirada es así. Ella, levanta su mano para acariciar mi rostro y luego la acomoda detrás de la nuca para empujar levemente hacia sus labios e invitarme a que la bese de nuevo.  Nuestros labios se vuelven a juntar, lo hacen desesperados con deseo, con pasión. Puedo sentir su lengua entrelazada con la mía, escucho su respiración agitada, ansiosa, expectante a lo que va a pasar. Entonces, como por arte de magia o más bien usando mis habilidosas manos, el resto de la ropa de Marcia desapareció, mostrándome la braga que hace juego con ese sostén tan provocativo.  Me levanto un poco y término de desvestirme. Mientras lo hago ella me ve sin quitarme la vista de encima y mordiéndose uno de los dedos mientras quito mi pantalón para mostrar mi bóxer; no sé si se sonroja, pero hubo un momento en que ella se cubrió el rostro con ambas manos en señal de vergüenza.  Regreso hacia ella, tomo mi posición inicial y comienzo a bajar mi mano por todo su cuerpo hasta que llega a su braga para comenzar a jugar con ella, a provocarla, a ponerla ansiosa. Mientras tanto nos besamos, ella acaricia mi espalda y desliza sus manos por ella llegando a mis glúteos los que acaricia un poco ansiosa.  De un segundo a otro, mis manos comienzan a bajar su ropa interior, lo hace lento, porque quiero que ella me diga con la mirada que todo está bien, que tengo permiso aún y que no he llegado demasiado lejos.  —¿Trae preservativo Señor Bond? — Pregunta y yo me quedo viéndola un momento pensando qué hacer.  No, no lo traigo pero por suerte al abrir el cajón de la mesita de noche y para mi buena suerte, veo una caja de preservativos Trojan y me río interiormente porque ahora entiendo la publicidad de afuera. Tomo uno, lo abro, bajo mi bóxer y con toda la facilidad del mundo me lo pongo para volver a verla a los ojos esperando por su aprobación. Marcia me besa, y ella misma me empuja hacia su cuerpo.  Entro en ella, lo hago con unas ansias que no puedo creer y ella simplemente lanza un pequeño gemido que hace que mis sentidos se agiten enseguida. Marcia me besa como si quisiera devorarme en este momento, mientras yo me muevo dentro de ella sintiendo tanto placer que mi piel se encuentra erizada por completo.  Ella gime en mi oído, lo hace fuerte sin que le importe que alguien más nos esté escuchando al otro lado de la puerta. Se deja llevar por el placer que le hago sentir, araña mi espalda, come mis labios y luego se aleja para tomar una esquina de la almohada y morderla regalándome la imagen más sensual que sé me perseguirá por mucho, mucho tiempo.  —Más.— Me urge  Así que comienzo a moverme un poco más rápido y profundo. Ella se agita cada vez más, me anima a que siga y siga hasta que su cuerpo sucumbe y literal puedo ver como toda la piel se eriza y su cuerpo se mueve tratando de sobrellevar todo el placer que le he causado uno que no sabía que podía provocar.  —¿De nuevo? — Pregunta agitada.  Y sin dudarlo dos veces lo hago. Seguimos besándonos, como si quisiera llevarme cada sabor y textura de sus labios. Marcia aprieta mis brazos, mis glúteos, me invita a que entre más y más en ella y en combinación con esos armoniosos gemidos que hace, no aguanto más y me vengo dentro de ella haciendo que mis abrazos flaqueen y caigan sobre su cuerpo.  Ella siente el peso y mi agitada respiración que no puedo controlar. Quiero asimilar todo lo ocurrido en el momento pero mi cabeza sigue en las nubes ¿es posible que pueda sentir tanto por una persona que conozco tan poco?  Ninguno de los dos decimos nada, sólo estamos ahí, sintiendo nuestras pieles hasta que el cansancio nos gana y las cervezas hacen efecto. Marcia, hermosa Marcia ¿dónde habías estado todo este tiempo?  Volteo a verla al rostro y ella me sonríe.— Esto no era algo que planeaba hacer en un festival.— Me murmura.  —Yo no te esperaba a ti y estoy feliz de haberte encontrado.— Respondo.  Cierro los ojos y mientras escucho la música al fondo no puedo parar de pensar en lo que acabo de sentir.  «Marcia, Marcia, Marcia, me voy a casar contigo Marcia… solo que después de esta noche primero tendría que encontrarte» 
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