Trago con fuerza intentando recuperar el aliento y el equilibrio de la situación recordándome quien soy.
—No te preocupes. —Susurro con la cabeza en alto no demostrándole que me ha dolido aquel, lo siento.
Una persona muy querida me enseño que nunca hay que demostrar tu debilidad y mucho menos humillarte en situaciones tan insignificantes como esta, no se trata de orgullo, se trata de saber lo que valemos. Puede que en este momento mi debilidad sea que él se haya disculpado por algo que sucedió, por algo que para ser sinceros ambos queríamos. Si tan solo las cosas se arreglaran con una disculpa no estaríamos en un mundo tan podrido como en el que estamos.
—Yo no debí hacer eso… —retrocede unos pasos evitando cualquier contacto negando con la cabeza, es como si estuviera hablando consig
