Mi hermana hizo un gesto con la mano restándole importancia a lo que estaba diciendo, yo no podía creer que tuviera tanto ánimo como para seguir en esto. Puse mis ojos en blanco, ella solía ser tan irritante a veces. Desde que éramos niñas la recuerdo molestando a todos con sus comentarios incómodos y sarcásticos. Incluso una vez en la escuela, halo a una niña del cabello porque la vio molestarme a mí y a partir de momento mi hermana se desquitaba con ella.
—Salma… —volvió a decir sacándome de mis pensamientos, está vez con el rostro reflejando preocupación—, por favor dime que tiene dinero, que no es uno de esos pobretones super sabrosos. —me lleve los dedos al puente de la nariz y negué, no era posible que mi hermana fuera tan interesada— ¡Ahhh! Perfecto, que bueno, ya decía yo que no e
