Capítulo 15. ¿Acaso era la primera vez de Vitoria? Mierda... El sonido de unas ramas acabo por enfriar el momento, Maximo que siempre vivía en extrema alerta tuvo que obligarse a recuperar el control y separarse de la mujer de sus sueños, los labios de Vitoria estaban hinchados y semi abiertos invitándolo a seguir la exploración que acababa de comenzar segundos antes, la manzana de Adam subía y bajaba en su cuello y sus ojos no dejaban de ver esos maravillosos labios, pero sus sentidos seguían concentrados en cada sonido a su alrededor. Vitoria estaba extasiada, ella seguía abrazada al hombre que la había estado volviendo loca los últimos días y con los sentidos alterados por el alcohol estaba segura que no lo dejaría ir, ella podía sentir perfectamente la dureza de su masculinidad muy