Capítulo 35. Amantes que quedaron rendidos uno en brazos del otro. Maximo se topo con el borde de la cama, en estos momentos era cuando se arrepentía de haberse comprado esa enorme pijama, pero no le quedaba de otra que alejarse por un segundo de su hechicera. Maximo dejo a Vitoria en la cama, sus labios rojos e hinchados estaban semi abiertos, provocándolo al punto de la explosión, él comenzó a subirse la polera sin despegar su mirada de Vitoria, Maximo quería quitársela lo más rápido posible, pero al ver la reacción de Vitoria mientras lo hacia se detuvo un instante, cada movimiento de él provocaba en Vitoria una respuesta sensual y provocativa. Maximo comenzó a sacar un brazo de la polera y Vitoria se subía un poco el vestido de pijama, la luz de la lampara iluminaba su rostro y él p