Prólogo
El doctor se acerca a mi con una mueca de tristeza.
No, por favor no, no las perdí ¿no?
- Señor Kouzouni lo siento muchísimo, como ya sabía su mujer tenía problemas en el corazón y no logro sobrevivir al parto, pero su pequeña hija nació sana y salva.
Escucho jadeos y al final llanto detrás mío.
Bajo la mirada y salgo del hospital, necesito un tiempo para mi solo, suspiro y me voy a un parque cerca de allí.
No puedo creerlo, me prometió que ella estaría bien, me dijo que volvería de esa sala con nuestra hija y luego volveríamos a casa como una familia, ella me lo prometió, maldita sea.
Golpeo lo primero que tengo cerca y cierro fuertemente los ojos al notar como se empiezan a llenar de lágrimas.
Todos menos ella, maldita sea ¿como haré?
Siento una mano en mi hombro y volteo, es Marco, mi guarda espalda, sin decirme nada me envuelve en un abrazo que me transmite paz.
- Señor ¿por qué no mejor va a conocer a su hija?
Suspiro y alejándome de él asiento con la cabeza, quizá si veo a mi hija esta tristeza sea opacada, aunque sea por un momento.
Al volver al hospital me encuentro con mi suegra.
- Andrew lo siento tanto.
Me abraza y llora y aunque yo intente con todo mi ser no llorar algunas lágrimas se escapan de mis ojos.
- Quiero conocerla.
Me sonríe levemente y me guía hasta la "sección de bebés recién nacidos" me señala hacía una especie de cuna y observo un nombre escrito en ella.
- Espero no te moleste pero pidieron su nombre y como ni tú ni Hannah me dijeron del nombre que pensaban ponerle me tome la libertad de elegirle el nombre por mi misma.
- No, no te preocupes, no habíamos pensado en un nombre. Te lo agradezco, es hermoso.
"Alice Kouzouni"
Mi princesa.
Al acercarme a ella abre sus preciosos ojos azules, igual a los de ella, igual a los de Hannah.
Hace muecas que no entiendo pero sonrío, ella es la razón por la que no me derrumbe, mi mundo ahora solo lo sostiene ella.
Mi pequeña princesa Alice.