LAS REGLAS DEL JUEGO

1427 Words
Minutos después, Loren lleva la camioneta a casa de Jan, y se baja rápidamente del vehículo. Y corre a la casa... Blick abre la puerta antes que Loren llegue a la casa, diciéndole: — ¿Eras tu quien venia manejando la camioneta? — Si señor, es que a su hijo se lo llevo la policía. — ¿Qué? ¿A dónde se lo llevaron? — No sé, hay varios lugares. — Espera, vamos averiguar. Mountain Village Police, Jan es encerrado en un calabozo junto a cuatro jóvenes más... Jan se acerca a los abarrotes, y les dice a los policías: — Todos ustedes están cometiendo una gran injusticia, yo no tengo nada que ver con lo que estaba pasando. Los cuatro jóvenes rodean a Jan, y uno de ellos le dice: — ¿De qué te la estas dando? ¿Te crees más que nosotros? Jan separa firme ante todos, y con gran autoridad les dice a los jóvenes: — Yo no me creo más que nadie, yo le temo al Dios todo poderoso, y no puedo, ni es bueno, creerse más que los demás, porque el que se enaltece será humillado. Y el que se humilla será enaltecido. Los jóvenes se quedan mirando. Cuando uno de ellos se va a sentar lejos de todos, diciendo: — Para colmo estamos encerrados con un loco. Jan no le presta atención a lo que escucha de ese joven, y les dice a los otros tres: — Mi nombre es Jan, ¿cómo se llaman ustedes? De inmediato, los tres jóvenes le responden a Jan: — Yo soy John. — Yo soy Naital. — Y yo junior. Jan le expresa al joven que se sento lejos de ellos: — ¿Y tú como te llamas? — Manuel, pero de una vez te digo, evangeliza a ellos, a mi déjame tranquilo. — Está bien. John y Junior dicen al mismo tiempo: — ¡A nosotros tan poco! Naital le pregunta a Jan: — Si el Dios que menciona existe, ¿cómo es que permite que te encierren en este calabozo? Los otros dos jóvenes se van acompañar a Manuel. Cuando Jan le responde a Naital: — Hay muchas cosas que Dios hace a nuestro favor que son para bien, pero nosotros lo vemos como mal, hace unos segundos caí en cuenta, que, al estar aquí con ustedes, es para una gran oportunidad para hablarles de Dios, quizás Dios permitió esto para que ustedes escuchen su palabra. Manuel le dice a Naital: — Pórtate más serio Naital, y no le des más cuerda a este loco. Lo último que quiero es escuchar de esas cosas. Jan le dice a Manuel: — ¿Te da miedo escuchar la verdad? — ¿Qué es la verdad? — Tú sabes la verdad, pero no la cumples, porque prefieres andar en los caminos de Satanás. Junior le expresa a Naital: — Ven y siéntate junto a nosotros, necesitamos hacer un buen plan para salir de aquí. John le expresa a Manuel: — El regaño que vas a tener departe del jefe va hacer grande. — Recuerda que yo soy hermano del jefe. Jan les dice a los cuatro: — Muchachos, no lleven la vida así a la ligera, y no se dejen llevar por la influencia del demonio y vuélvanse a Cristo, dejen de hacer el mal y hagan el bien. Manuel se levanta muy enfadado, y separa al frente de Jan, y le dice: — Yo no te he pedido que me hables de Dios, o te callas por las buenas o te callo por las malas. — ¿Realmente quieres hacer eso? Manuel empuña su mano derecha y se prepara para pegarle a Jan, diciéndole: — No voy a dudar en golpearte si sigues hablando de Dios. — Te vuelvo a repetir, ¿realmente quieres hacer eso?... Condominio Riverside, Marchal se entera de todo lo que dijo el alcalde saliente y se enfada bastante, y deja de comer, y dice: — Pero que se cree este, la gente está celebrando mi victoria. Nayza se acerca a su esposo, y le dice: — Lo que dice ese señor es verdad, tu debes de dar ejemplo y no hacer que la gente se por te mal. Le has dado como una licencia para hacer el mal. De inmediato, Marchal se da vuelta, y se pone cara a cara con Nayza, y le expresa: — ¿Mi supuesta esposa está a favor de mis enemigos, y está cuestionando mis ideas? — Es la verdad lo que he dicho. — Pues no me gusta esa verdad que dices, así que fuera de mi vista. — ¿Cómo así? — Así como lo oyes, fuera. — No me puedes echar por decirte mi opinión. — Estas son las reglas del juego, no acepto traidores en mi casa, en mi cama, ni en mi vida, así que desaparécete de mí vista... Mountain Village Police, Jan esta apartado de los cuatro jóvenes quienes están deseosos de salir. Cuando Blick y Loren llegan a la estación y lo dejan entrar... Los policías llevan a Blick y a Loren a donde está el comandante, quien les dice a los policías: — ¿Y estos dos que hicieron? Blick no deja hablar a los policías que lo escoltan. Cuando le responde al comandante: — Nada, venimos a reclamar por un arresto que hizo a mi hijo, quien andaba con esta joven. — ¿Cómo se llama su hijo? — Jan Thomas Gonzales. El comandante lo busca en el computador. Cuando lo encuentra, y dice: — Si, ¡aquí esta! Lo encontraron haciendo desorden y robando junto a otros jóvenes. Blick se indigna al escuchar eso al igual que Loren. Y entre los dos le explican al comandante quien es Jan y que iba hacer en esa ruta... En la celda, un policía llega a donde esta Jan y los demás, y abre la puerta, y dice: — ¿Quién es Jan? De inmediato, Jan se levanta, y responde: — Yo soy Jan. — ¡Estas libre! En seguida, Manuel y Junior dicen: — ¿Y nosotros? — Ustedes se quedan aquí. Jan sale de la celda, y luego les dice a los cuatro jóvenes: — Muchachos, están a tiempo de enderezar su camino, pónganse a leer la Biblia. Manuel agacha su cabeza, y les expresa a los otros cuando Jan se va: — No me lo aguanto. Naital le dice a Manuel: — Ya se fue. — Al parecer a ti si te gusto esa palabrería. — A mí me gusta escuchar a la gente. Junior les dice a todos: — Al fin y al cabo, salió el que no hizo nada... En ese instante, Blick abraza a su hijo, diciéndole: — ¿Cómo estás? — Bien, fue la primera vez que estuve en una celda. — Y será la última vez. Loren también abraza a Jan, diciéndole: — Gracias a Dios que el comandante nos escuchó... Blick le dice a su hijo: — Vámonos a casa. — Se te olvida que tengo que ir a trabajar, ah, y dejar a Loren en casa de su abuela. En seguida, Loren expresa a Jan: — No, mejor vete a trabajar, yo me voy sola. — Como crees, yo te llevo. Blick le dice a Loren: — Como está el pueblo de revuelto, es mejor que te dejemos en la camioneta. — Bueno. En ese momento, Jan y los demás salen de las instalaciones de la policía. Y se van a casa de la abuela de Loren... En el centro del pueblo, Marchal cita a una rueda de prensa donde los tres de cuatro periodistas, son sus amigos, y se refiere a lo que paso en la noche anterior, diciendo: — Buenos días a todos, es muy bochornoso. Y muy malo por parte del alcalde Oliver de desacreditarme. Afirmando que fue mi culpa que el pueblo haya amanecido así, más bien, a él le interesa hacer todo eso para dañarme, quien quita que él esté involucrado en ese desorden. Uno de sus amigos le pregunta: — ¿De verdad usted cree que el alcalde Oliver mando hacer esto? — No lo creo, lo sé, y voy a tener pruebas para culparlo formalmente... Minutos después, Marchal termina de echarle todo el lodo a Oliver. Cuando Meneses aparece entre la multitud, y le dice: — Quiero hablar contigo. — Dime. — ¿Pensaste lo que te dije? — Meneses, mírame como estoy ahora... bueno, ya que quieres trabajar conmigo... consígueme pruebas contra Oliver, y serás mi mano derecha...
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