—Lo más seguro es que si el rey la manda llamar a su habitación, su esposa se quede a observar todo lo que hacen —Se burla, Lidia. Sara la mira con ira contenida, aunque ahora mismo lo que desea es saltar encima de ella, fue advertida por Artur que debe comportarse. Mostrar serenidad ante sus ojos es su prioridad ahora y no perder lo que tanto le ha costado conseguir. —Me parece que el rey está tomando muy en cuenta a su esposa, tanto que la tiene de perrito faldero y no deja que ninguna sirvienta lo toque, excepto ella. Dicen que hasta permite que sea ella quien elija los atuendos que debe usar todos los días. —Es cierto. A su majestad se lo nota bastante apegado a ella, además, ahora que es la encargada del harén, todos los sirvientes y guardias la respetan como al mismísimo rey —Añade