El rey espera paciente en la entrada de la pequeña capilla que se encuentra dentro del palacio de espejos. La mayoría de los asistentes son nobles y algunos pocos soldados de alto rango de los reinos más cercanos. Nunca pretendió hacer una gran celebración y en eso estaban de acuerdo con Morgana, pero lo que nunca imaginó es que ella tenía intenciones ocultas y saldría huyendo para irse con un simple campesino y que esto terminaría en un completo desastre. Recordar aquello vuelve a trastocar la ira dentro de su pecho y ver a Keisha caminar lentamente hasta su posición le revuelve el estómago. Quiere tomarla y hacerla pedazos, al igual que su hermano quien la acompaña el día de hoy. Su ira es tan grande que lo único que le apetece es hacer ruinas a Zenfanya ya todos los que tengan algo que