Ana

2055 Words

Artur, cansado y pesaroso, regresa a su habitación y pide que traigan al médico real. En toda la mañana se sintió algo incómodo y quiere asegurarse de que no sea algo malo con su hombro. —Su herida ya está sanada, majestad. Creo que ya no necesita el vendaje. Quizás la presión de la misma más su atuendo que carga fue el causante de su incomodidad —dice el anciano dejando su hombro ya descubierto. —Es mejor que se vista más holgado. Ya puede hacer su vida normal, pero sin mucho esfuerzo y siempre tomando su infusión al levantarse. —¿Por cuánto tiempo más debo tomar ese brebaje? —Solo por esta semana, mi rey, luego ya estará totalmente curado y ya no necesitara de esas hierbas. —¿Fue a ver a la princesa estos días? —Como usted lo ordenó, mi rey, estuve con ella el día de ayer. Su salud

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