—Liona, hija, no puede seguir con este comportamiento —Ryanah intenta hacer entrar en razón a su hija, pero ella se niega a escucharla. —Su majestad ha pedido muchas veces hablar con usted. Deben arreglar las cosas. Debe olvidar ese sentimiento por él. —¡No puedo, madre! ¿Por qué nadie puede entenderme? Nada de esto hubiese sucedido si esa niña no hubiese venido. Ella es la única culpable de todo. —¿Pero de qué habla, hija? ¿Por qué culpa a Keisha de su desazón? —Desde que ella llegó al palacio, el rey ha cambiado mucho, hasta la puso en mi remplazo. Con su cara de inocente le ha lavado el cerebro, incluso a usted. ¡Solo mírese! La defiende a ella y no a mí que soy su hija. —Pero yo no la estoy defendiendo, solo pregunto qué le ha hecho ella, que la odia de esa forma. Le recuerdo que e