En el palacio de Kresla, Artur se levanta temprano como todas las mañanas y luego de que Keisha lo ayuda con su aseo y vestimenta, va directo a la corte. Hoy es un día crucial. Sus informantes ya le dieron más detalles de los rebeldes y es tomar medidas más extremas. Todos sabrán que el rey Artur Balash no es el enemigo que pueden pisotear y salir ilesos. —Quiero que se corte a la mitad las provisiones de semillas a todos los reinos con quienes tenemos convenios a partir del siguiente mes y al veinticinco por ciento, el siguiente mes, totalmente la venta de carnes y lácteos desde mañana —ordena Artur al consejo sin dejar de escribir en su libro de cuentas. —Que se corra la voz que hay escasez en Kresla, que la mitad de las cosechas se perdieron con los incendios en los últimos días. —¿Es