Prólogo

1550 Words
La chica se despertó muy temprano, como todos los días lo hacía, pero esta vez oyó unos ronquidos que definitivamente la hicieron preguntarse dónde se encontraba en ese momento. Ella y su hermano habían tomado un poco la noche anterior con sus amigos y aún sentía el ligero efecto del alcohol sobre ella. Habían conversado sobre las rarezas del mundo y las condiciones en que vivían, incluso ella había tocado por encima el tema de la discriminación hacia las mujeres. Se golpeó la frente pensando en que era una completa idiota, defender a las mujeres podría ser peligroso para la identidad que mantenía desde su ingreso a la universidad. Llevó sus manos al pecho para sentir esa parte de ella que nadie podía ver, y odió sentir esa ligera presión que le recordaba al molesto vendaje que usaba para cubrir sus pechos. Era cierto, Selene Von Strauss tenía un secreto desde que había llegado con su hermano a ese lugar. Abrió con suavidad las cortinas de la cama en la que dormía y pudo notar a su alrededor otras camas, también cubiertas por cortinas y en algunas de ellas se oían los ronquidos de otras personas. Suspiró y bajó de la cama con delicadeza, para luego buscar rápidamente la ropa que usaría ese día y correr al baño antes de que despertaran sus compañeros: Nadie podía saber que, en realidad, ella no era Samuel Von Strauss, sino que era una chica. Así que Samael y ella tenían que seguir manteniendo el secreto, aunque les costara la vida. Ser un par de hermanos dedicados a la experimentación científica era algo a lo que ya estaban acostumbrados los gemelos Von Strauss, de cabello n***o y ojos azules profundos que muchos se preguntaban cómo era posible que tuvieran tales características, como si lo más bello de ambos padres se hubiera combinado a la perfección. La diferencia de edad de ellos era de apenas dos minutos y compartían grandes ideales de mejorar el mundo a través de sus descubrimientos, no habían obtenido un gran alcance, pero su sueño seguía ahí: vivo, latente, magnífico. Pero aunque todo pareciera perfecto, también tenían que aprender a lidiar con un gran problema: y era que Selene, al ser mujer, tenía prohibido totalmente acceder a la educación formal, lo que hacía que todos sus conocimientos surgieran por medio de la ayuda de su hermano. Sus padres eran apenas unos campesinos, pero querían que ambos niños fuesen capaces de alcanzar todas sus metas, por lo que escondían a Selene y la mayoría de las personas en el pueblo ni siquiera sabían que existía. Desde los 15 años, los gemelos Von Strauss ya eran capaces de diseñar aparatos que facilitaban la vida de sus padres y hasta mejoraban muchas cosas en el pueblo, siempre estando Selene escondida tras la sombra de Samael. Pero a ella no le importaba, amaba a su hermano y disfrutaba de estar con él para seguir aprendiendo y seguir desarrollándose como los grandes inventores que eran. Y fue finalmente en esa primavera en que el destino por fin pareció sonreír a los gemelos y su padre volvió de un viaje a la capital comentándoles que estaban organizando una "feria especial de ciencias" para dar a los jóvenes inventores la posiblidad de ingresar a una de las modernas universidades de la capital. No todos tenían la dicha de estudiar a nivel universitario, pues esto estaba limitado para las élites; sin embargo, algunos campesinos podían alcanzarlo a través de becas como la que estaba siendo ofrecida en ese momento. ¿El problema? Era improbable que aceptaran la genialidad de Selene. La sociedad de Jaykad era una sociedad celosa con sus conocimientos, ya que este reino era uno de los más importantes, y las mujeres eran sólo consideradas como "portadoras de la descendencia". Lo que obligaba a las mujeres a ser seres retraídos que apenas y podían leer y escribir, mientras esperaban tener algún marido que se encargara de ellas. Muchas investigadoras habían sido quemadas en la hoguera o asesinadas de formas brutales luego de recibir torturas terribles. —Puedes ir tú, no pasa nada —aseguró ella esa noche, mientras Samael y ella construían una máquina para mejorar el riego y así su padre pudiera trabajar menos horas. Posó sus ojos azules en su hermano y mantuvo una actitud animada y sonriente. —Soy tu gemelo, no me engañas —le recordó Samael, quitándose unos guantes protectores y pasándose la mano por el cabello, logrando así alborotarlo más de lo que ya estaba. Su hermano sabía que ella no podría entrar nunca en una escuela de ese calibre sólo por ser mujer y le frustraba. Y aunque él no lo dijera, ella sabía perfectamente que él estaba pensando en una forma de solucionarlo. —Odio a las personas que han creado las leyes. No conozco alguien tan brillante como tú, cara de sapo. —¡Ey! ¡No tengo cara de sapo! —se quejó Selene, pasando ella también su mano por su cabello para alborotarlo, pues en definitiva tenían hasta los mismos gestos Samael y ella—. Tenemos la misma cara, te recuerdo. Más de una vez he podido hacerme pasar por ti para que tú vayas a ver a tus golfas mientras hay que reparar algo en el pueblo. Y bien que le molestaba que su hermano enloqueciera por chicas como Brigitte Thompson y Erika Drains. Más de una vez la había dejado terminando experimentos complicados en su laboratorio por irse detrás de las faldas. ¡Hombres! Definitivamente en algunas situaciones agradecía el hecho de ser mujer y no estar interesada por ninguna de esas cosas. —¡Eso es! —Samael corrió hacia ella y la abrazó, para luego poner sus manos en cada hombro y mirarla con una enorme sonrisa, que lo hacía ver radiante, especialmente por esos ojos azules tan imponentes. —¡Ay, no! ¡Por favor! ¡Dime qué no irás con esas golfas! Tenemos que terminar esto hoy si no quieres dejar a papá con trabajo adicional cuando te vayas a la feria de ciencias de Ciudad Adhaft. —Selene... desde hoy serás Samuel. Mi hermano gemelo que es 5 cm más bajo porque se enfermó de neumonía en la infancia. —¿Pero qué...? —La chica empezó a ver a su hermano con cara de extrañeza, mientras él seguía poniendo la misma cara de alegría. —Cara de sapo... tú y yo somos idénticos y en la capital nadie tiene por qué saber que tengo una hermana... ¡es perfecto! Una nueva vida lejos de quienes nos conocen y de ahora en adelante serás un hombre, hermanita. Podrías incluso ser simplemente un hombre dispuesto al celibato, a menos que encontremos la forma de ponerte un pene y, pues, en ese caso podrías cambiar y ya borrar estas limitaciones de ser mujer. —Esta vez Samael rodeó su brazo por los hombros de su hermana y la hizo mirar hacia un punto en el aire en el que no había nada—: Samael y Samuel, los hermanos Von Strauss. —Ay, no, Sama... no me gusta decir mentiras, no quiero ser una mentirosa y mucho menos un mentiroso. Creo que es mejor olvidarnos de esto. Pero sacarle a su hermano esa idea de la cabeza fue imposible tras el simple hecho de que él la planteara, por lo que, horas más tarde, Selene y su madre estaban preparando vendajes lo suficientemente fuertes para cubrir los pechos de Selene bajo un ropaje masculino. Por suerte, ella no tenía pechos tan grandes, pero tampoco los tenía pequeños, eran de un tamaño que podría considerarse "promedio". Además, al estar acostumbrada a utilizar ropa masculina, pues era más cómoda para sus experimentos, no sería difícil para ella adaptarse a tener que usaria todos los días. Días más tarde, Selene y su hermano ya estaban preparados para partir y pudieron presentar un gran y revolucionario experimento, que maximizaba el tiempo de uso del carbón, resultando favorable en el invierno para el aprovechamiento de ese recurso. Así, Samael y Samuel fueron seleccionados como los gemelos prodigio que obtendrían dos de las seis plazas disponibles para "mentes brillantes en desarrollo". Y con casi 20 años, cuatro meses después de ganar en la feria, los gemelos Von Strauss iniciaron sus actividades académicas en la Universidad de Adhaft el 01 de septiembre. Selene salió del baño ya vestida antes de que cualquier otro despertara. A pesar de que había algunas habitaciones que no eran compartidas, ella no tenía tanta suerte por estar entre los "becados", así que Samael y tres chicos más compartían la habitación con ella. Tenían un baño interno, pero el mismo era un riesgo para ella ante la posibilidad de que descubrieran su identidad, por lo que ya era costumbre despertar antes de que el sol saliera para bañarse y colocarse ropa. Pronto bajaría nuevamente su sangre y sería la primera vez que esto ocurriría desde que estaba en la universidad, así que tenía que pensar cómo haría para ocultar eso, apenas dos semanas estudiando y ya Selene sentía que en cualquier momento su vida se iría al caño. ¿Lo peor? Pues que si la descubrían, sería automáticamente sentenciada a muerte por hereje. Y todavía quedaban cuatro años de ser una completa mentirosa...
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