CAP 8 SALIENDO A ESCONDIDAS

1063 Words
Rosalía garantizó que así sería. La mujer revisó su reloj. “Tengo que volver, solo dije que iría a comprar la despensa”. La chica entendió y volvió a abrazarla antes de que se fuera. “Gracias por venir”. Laura se despidió dejándola ahí en medio de los jardines, Rosalía deambulaba mirando como sus compañeros se tomaban fotos con amigos y familiares, ella estaba sola, se encontró con la mirada de Guillermo que le sonrió, estaba con sus padres, ella solo se abrazó a sí misma, Guillermo nunca la había presentado ni como amiga, todo lo que tenían era un secreto de ellos dos, ella se dio la vuelta caminando hasta las aulas. Fue a recoger sus cosas para irse, su mochila estaba en su silla, pero antes de recogerla camino hasta la ventana donde podías ver todo el panorama, un sentimiento de vacío apareció en su corazón mirando como todos festejaban a los alumnos y pensó en su mamá. La puerta se escuchó, Rosalía giró encontrándose con Guillermo de pie en la puerta. “¿Qué haces aquí?”. El no dijo nada, cerró la puerta con seguro y caminó hasta ella tomándola de la cintura y apoderándose de sus labios, ella se abrazó a su cuello disfrutando del beso, la cargo y la llevó hasta el escritorio levantando la toga, rebuscó entre su ropa encontrándose con una minifalda, él sonrió entre el beso contento de no batallar en quitarle la ropa, subió su falda encontrándose con su ropa interior diminuta, jugó con ella metiendo sus dedos entre el encaje para llegar a su intimidad. Rosalía seguía perdida en el beso y en las sensaciones que el chico le provocaba, se estremeció al contacto de sus dedos con su entrada y el dedo que usaba en su exterior masajeando esa parte que la hacía suspirar. Al tenerla mojada, él sacó sus dedos empapados en sus jugos y los chupo para después besarla, se apartó un poco de ella y le susurro. “Eres deliciosa”. Ella asintió para esconderse en su cuello respirando agitada. Mientras el saco la protección de su bolsillo para después bajar su pantalón y bóxer hasta las rodillas, colocó el preservativo listo para allanarla. Levantó el rostro de Rosalía y la besó para entrar profundo en ella y callar sus gemidos, empezó a moverse en vaivén cada vez más rápido, ella llegó al clímax y Guillermo le daba unas fuertes embestidas hasta que llegó al punto y terminó dentro de ella. Después de calmarse ella acomodó su ropa, Guillermo terminó de vestirse, se limpió y se acercó dándole un beso. “Te veré mañana”. Así como llegó en silencio él salió dejándola sola y descolocada. Ella suspiró varias veces sentándose en uno de los bancos hasta recuperar el aliento. Después de unos minutos se levantó y tomó su mochila saliendo de la escuela sin mirar atrás. Después de la graduación, Rosalía sé que fue a estudiar a una universidad prestigiosa en otro país, tenía una beca completa por ser la alumna del primer lugar en toda la escuela. Se comunicaba con Guillermo por medio de llamadas y mensajes, todo iba bien entre ellos, pero un tiempo después, los mensajes y llamadas empezaron a ser escasos, Rosalía siguió sus estudios siempre esperando que él se comunicara o contestara sus mensajes o llamadas, pero no lo hizo, en el fondo sabía que él también estaba ocupado con la universidad. Llegaron las vacaciones, aunque ella no quería volver, deseaba ver a Guillermo. Cuando llegó a la mansión su habitación había sido remodelada y convertida en cuarto de visitas, todas sus cosas fueron llevadas al depósito donde estaban las de su madre. Tuvo un fuerte enfrentamiento con Miriam por eso, pero como siempre su papá la defendió. Rosalía decidió no volver a la mansión y busco un lugar para quedarse por unos días, quería ir y buscar a Guillermo, reviso su reloj, era la hora en que él estaba en la universidad, se alistó con un lindo vestido rosa y se maquillo para salir, ella sonrió al espejo y salió tomando su bolso y teléfono. Al llegar a la universidad había mucha gente caminando alrededor. Ella observaba todo, era muy diferente a la Universidad donde ella estaba, pero aun así se veía muy interesante. Camino hasta la cafetería y lo busco alrededor pero no lo encontró, al salir caminó por un sendero detrás de la cafetería, lo llamó un par de veces, pero él no contestó. Al llegar a un espacio desolado observó a varias parejas, en el lugar. Ella decidió regresar por donde entró y buscarlo otro día, levantó su vista después de ver la hora en su teléfono y miró a un chico de espaldas, era él… Estaba abrazando a una chica pequeña a la que no podía ver por qué la cubría con su espalda, Rosalía camino despacio y en silencio hacia él, su corazón palpitaba desenfrenado. Cuando estuvo más cerca observó el rostro de la chica, era Linda su media hermana. Linda levantó la vista después de besar a Guillermo y miró a su hermana. “Rosalía”. Guillermo giro mirando a Rosalía con una expresión de sorpresa. Rosalía solo los miraba en silencio. El soltó a Linda inmediatamente, pero era imposible no darse cuenta lo que pasaba. Rosalía miró a Linda. La chica se acercó con una gran sonrisa feliz de ver a su hermana. “¿Por qué no dijiste que venías?”. Ella giró para ver a Guillermo que seguía de pie en silencio mirando a Rosalía. Linda sonrió y le dijo a Rosalía suplicándole. “Guillermo y yo estamos saliendo a escondidas de mi madre, por favor no le digas nada”. Rosalía miró a su hermana en silencio y después a Guillermo. “¿Eso es cierto?”. La pregunta iba dirigida a Guillermo. Su corazón estaba rompiéndose poco a poco, pero necesitaba escucharlo de él. Guillermo camino hacia Linda abrazándola de la cintura. “Si, es cierto, llevamos saliendo unos meses”. Linda sonrió feliz y miró a Guillermo abrazándose a él. “Casi vamos a cumplir un año”. Ella le preguntó a su hermana. “Espero no te moleste, sé que tú y Guillermo son amigos de años, pero yo nunca interferiré en su amistad”.
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