CAP 28 NO ARRUINES EL MOMENTO

1109 Words
Nidia giro a ver a Melina y sonrió triste. “Éramos novios el primer año de universidad, ya teníamos más de un año juntos… yo… estaba muy enamorada, pero lo encontré besándose con una compañera mía en nuestro salón…” Nidia bajo su rostro, todavía le dolía. Melina escuchó en silencio mientras miraba a Mario que conversaba con un hombre mayor. Nidia le advirtió. “Ten cuidado con él, es un mujeriego, no me gustaría que te haga lo mismo”. Suspiró. “Recuerda lo que nos ha dicho Rosalía. Los hombres no son de fiar y no debemos influenciarnos por los sentimientos, debemos pensar con la cabeza”. Melina se quedó en silencio, no dijo nada más, a ella le parecía que Mario era un buen chico, observó a su jefa, ella bailaba con un hombre muy atractivo, ladeo un poco su cabeza mirando al tipo… Era el del bar”. Rosalía y Leonel se miraban muy de cerca. “Pensé que no te volvería a ver… Ese día desapareciste”. Rosalía tímidamente sonrió. “Tenía trabajo…” Leonel siguió. “Porque no me despertaste me hubiera gustado tener tus datos, volver a vernos”. Rosalía frunció el ceño. “¿Para más sexo? No lo creo… Dijiste que solo estabas de paso”. Leonel se río por lo directa que era. “Bueno… primero era salir, ya después veríamos que pasaba”. Rosalía siguió bailando en silencio, al terminarla canción se alejó de Leonel y con una gran sonrisa le declaró. “No lo creo”. Se giró para irse dejándolo en la pista de baile, Pablo se acercó a ella. “¿Quién era ese tipo?”. Rosalía apretó los dientes y miró alrededor, Pablo era más terco ahora no le importaba que los vieran. “Será mejor que me sueltes y vayas a atender a tu esposa”. Pablo la miró detenidamente. “Hablaremos de esto más tarde”. Él se giró mientras Rosalía rodaba los ojos. Melina caminó hasta ella. “Solo queda el show de las bailarinas y podemos dar por terminado el evento. Rosalía asintió y se fue a su mesa, Miriam estaba sentada en una orilla con el rostro pálido, apretaba sus puños con mucha fuerza, Rosalía pasó por su lado y con una bonita sonrisa le dijo. “Tarde o temprano, todo vuelve a su lugar”. Se sentó pidiendo que le sirvieran, Miriam miraba de reojo a las mujeres que decían ser sus amigas, chismeando sobre ella. Melina y Nidia terminaban unos preparativos para el baile, Melina levantó la vista y vio a Mario bailar con una jovencita muy bella, Nidia también lo vio y suspiró triste, no había cambiado nada. El evento terminó, Nidia y Melina despedían a los invitados en la puerta mientras Rosalía hablaba con unas personas importantes que habían venido desde el extranjero a presenciar el evento, Leonel se acercó a su hermano quien conversaba muy íntimamente con una chica. “Hola”. Se acercó a saludar a la chica. “Gracias por invitarnos”. Le chica lo miró confundida”. Mario explicó. “No ella, es…” La chica dijo su nombre. Claudia”. Mario se rasco la nariz. “La conocí hace un rato”. Leonel observó a su hermano molesto y camino hacia la salida. Mario se despidió de la chica, ella solo sonrió. “Llámame”. Mario se fue detrás de Leonel, en la puerta Melina despida a una familia al girar observó a Leonel salir sin despedirse, ella volvió a girar y Mario se puso frente a ella. “Hola”. Melina lo miró por un momento y lo ignoró. Mario se sintió avergonzado. “Melina”. Tomó su brazo, pero Melina lo evitó inmediatamente “Será mejor que te vayas”. Mario se sintió extraño. “Melina, no sé qué te dijo Nidia, pero me gustaría que me escucharas, yo…” Melina negó con su cabeza. “No es necesario que ella me diga como eres, acabó de darme cuenta”. Mario se quedó mudo, Melina se alejó. Nidia caminó hasta él y se burló “¿Te divertiste con esa chica?”: Ella cruzó sus brazos. “Te lo advierto aléjate de Melina, ella es una chica dulce e indefensa, hombres como tú no la merecen”. Mario entrecerró los ojos. “Se giró saliendo del lugar Leonel ya estaba en el auto, Mario subió, suspirando. “Creo que lo arruine”. Leonel resopló. “¿Solo eso? Una mujer te invitó al evento como su acompañante y estaban con otra todo el tiempo”. “Melina estaba ocupada y yo estaba aburrido, ¿Que podía hacer?”. Levantó los hombros en señal de indiferencia. Leonel encendió el auto y condujo por la ciudad, no quería discutir más con Mario por el momento, estaba cansado, pero tendría una plática con él seriamente. Llegaron a la casa, Mario bajó, pero Leonel se quedó en el auto. Regresaré más tarde”. El dio la vuelta al auto y se alejó. Condujo hasta el bar donde conoció a Rosalía, tenía el presentimiento de que estaba ahí, Rosalía, Nidia y Melina tomaban una copa muy contentas, Melina solo las miraba ambas, eran muy extrovertidas, mientras ella era una excelente trabajadora pero muy tímida en eventos sociales. Rosalía bailaba junto a Nidia en el centro del lugar, Leonel se levantó y se dirigió a ella, hizo lo mismo que aquella noche, se acercó abrazándola a la cintura, Rosalía que estaba muy relajada bailando abrió los ojos girándose, por alguna razón sabía quién era. Ella se abrazó a su cuello y lo beso desenfrenadamente, Nidia al ver esto se alejó bailando al otro lado, su jefa ya no regresaría con ellas. Rosalía se alejó de él un poco, Leonel le susurro cerca de sus labios. “Pensé que no querías volver a verme”. Rosalía muy seria mirando de nuevo sus labios le advirtió. “No arruines el momento, solo cállate”. Ella volvió a besarlo Rosalía lo tomó de la mano sacándolo de la pista, ellos caminaron hasta la puerta de entrada, subieron al coche donde Jaime la esperaba, el conductor cerró la ventana de división manejando hasta uno de los departamentos de Rosalía. Rosalía recargó a Leonel en el asiento y subió encima de él rápidamente, besándolo e introduciendo la lengua en su boca, él no se negó, la apretó de los muslos siguiendo el apasionado beso, mientras viajaban en el auto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD