La entrada de mi casa dúplex de Finsbury Park es, con mucho, mi parte favorita de la casa. Era mi primer gran proyecto en solitario después de graduarme de la universidad y había sido para un hombre que había comprado el lugar como una propiedad de inversión. Me encantó todo lo que hicimos con el lugar, desde el color de los pisos de madera noble recién colocados hasta la elección del candelabro en el vestíbulo de entrada.
Ya buscando mudarme, cuando el lugar estuvo terminado me acerque al cliente y le pregunte si buscaba un inquilino. Funcionó bastante bien y había estado viviendo aquí durante tres años, feliz de haber tomado muchas de las decisiones de diseño en la casa en la que vivía. Fue lo más cerca que estuve hasta que compré mi propia pieza de bienes raices.
—¿Nadia? ¿Genoveva? —Eran casi las 11 pero no sería raro que mis compañeras de piso estuvieran despiertas. Rara vez llegaba a casa antes de las ocho y por lo general los encontraba en la sala de estar, acurrucadas en el sofá, viendo algo vulgar y aturdidor en la televisión. La telerrealidad era un placer culposo en esta casa. Rara vez las tres estábamos en la cama a medianoche, a pesar de que nuestras llamadas para despertarnos solían ser entre las 5 y las 6 a.m—. ¿No? ¿No están despiertas? ¿No quieren oír hablar de mi reunión con el tipo más increíble que jamás haya caminado por el planeta?
Hubo un destello de cabello azul y rubio cuando ambas salieron volando de sus habitaciones. Les sonreí desde el pie de las escaleras mientras bajaban dando saltos.
—¿Posh y Becks aparecieron en tu oficina hoy?
—¡Noooo! —canté mientras nos acercábamos a la cocina. Abrí la puerta de la nevera y saqué una pequeña tarrina de yogur—. ¿Han oído hablar de Harry Steele?
—¿Va a ser más rico que Bill Gates, Harry Steele?
—¿Controla la mitad del universo, Harry Steele?
Levanté las cejas.
—¿Así que lo tomaré como un sí?
—El hombre está en plena forma. Las fotos de él en el palco real de Wimbledon el año pasado fueron la forma en que Dios se disculpó por el clima de mierda durante todo el verano —sonrió Gen—. Entonces, ¿cómo fue conocer al soltero más codiciado de Londres?
—Intenso.
—¿Eso es todo? ¿Me sacaste de la cama por solo un "intenso"? —Nadia cruzó los brazos sobre el pecho—. ¿Cuándo lo volverás a ver? ¿Tendrás que ir a su casa? Escuché que es una mansión de siete pisos en Kensington.
—Casi. Está en Belgravia. Chester Square para ser exactos.
—¡Ooo! ¡Tu primera mansión de Belgravia!
—Solo estoy haciendo el baño, y estoy bastante segura de que no lo volveré a ver. No quiero verlo y tengo la certeza de que él no quiere verme —raspé el fondo de la tarrina de yogur y me metí la última cucharada en la boca—. No podía leerlo. Quiero decir, podía, ¿pero no podía? Podía leerlo basándome en las cosas que encontré en Internet, pero estaba totalmente perdida cuando él estaba en la misma habitación que yo.
—¿Alucinada por lo en forma que está? Porque seguro que en persona es la personificación de la tentación —preguntó Gen. Nadia resopló pero me miró fijamente, esperando una respuesta.
—Él... no lo sé. Tuvo algún efecto en mí y perdí el rumbo. Ni siquiera sé si me odiaba o quería meterse en mis pantalones. Es tan bueno siendo ambiguo. —Tiré el envase de yogur vacío a la papelera y me di la vuelta para mirar a mis amigas—. Honestamente, no sé si le temía o si lo deseaba más. Oh, y tu elección de esmalte de uñas fue acertada esta semana.
Gen resopló sin gracia.
—Vamos a tener que empezar a pintarte las uñas en tonos que te lleven hacia encuentros candentes con Harry Steele.
—En realidad, no creo que el color con el que pintas mis uñas cada semana afecte nada —puse los ojos en blanco hacia Gen, quien me devolvió una amplia sonrisa. Siempre elegía el tono por el nombre y era muy buena seleccionando un tono que encajara perfectamente en mi vida en ese momento—, de todos modos, Aggie estuvo allí para la reunión y jura que la química entre nosotros estaba fuera de serie. No significa que vaya a pasar nada. No dejaré que pase nada. Mi profesión va primero.
—¡Sí, claro! Me parece que si Aggie no hubiera estado allí, ustedes dos se hubieran estado arrancando la ropa. —Gen echó la cabeza hacia atrás y se rió—. Lástima que no lo volverás a ver, eso sí es una pena.
—Yo no me tiraría sobre él de todos modos —resoplé, irritada por la idea de que no tendría sexo con Harry. No era tonta, podía reconocer que el sexo sería alucinante—. Primero, es un cliente. Y segundo, no busco hombres que siempre necesiten una ventaja. No tengo ninguna duda de que a Harry le gusta ejercer el control sobre todas las cosas.
—Nunca se sabe —Gen se encogió de hombros—, tengo un cliente que pertenece a un club de sexo exclusivo y está lleno de hombres de negocios adinerados. Son exigentes y controladores en su vida cotidiana y cuando se trata de sexo... Bueno, cada uno tiene su cosa, pero en su mayor parte, a los tipos de negocios parece gustarles estar en el lado receptor.
—Es cierto —intervino Nadia—. Mi antiguo jefe, ya sabes, el que se retiró a Tenerife con su amante, estaba muy metido en las cosas pervertidas, tenía fetiches rarísimos. Le gustaba que lo cuidaran, como si sus amigas hicieran el papel de madre; una vez me dijo que se ocupaba de todo en su vida y que era su única liberación, su único momento para relajarse y ser atendido.
—Qué personas tan extrañas tienen en su vida, en serio chicas.
Ladeé la cabeza hacia un lado, preguntándome si Harry era así. No podía imaginármelo. Lo tenía fijado como alguien que dominante, fuerte, decidido. Jamás sería dominado. Eso equiparaba la falta de control con ser débil y vulnerable. Debería saberlo, porque yo era una de esas personas. Entonces, ¿cuál sería el extraño fetiche de un hombre tan ardiente como él?
Sacudí la cabeza, incomoda. No debería tener pensamientos así de... Bueno... mi jefe, por el momento.
—Supongo que nunca lo sabré —murmuré finalmente, cansada del tema.
¿O si?
—Desgarrador —dijo Gen dramáticamente, sus manos cubriendo su corazón—. En una nota positiva, grabamos Geordie Shore para poder verlo juntos.
No le presté atención a Geordie Shore y si mis compañeras de piso se dieron cuenta tuvieron la amabilidad de no decir nada. Mi mente estaba demasiado preocupada con pensamientos sobre Harry, pensamientos que quería desterrar pero no podía.
Cuando estuve a salvo en la cama, me permití volver a buscarlo en Google, esta vez centrándome en sus asuntos sociales. Había sido obvio en mi última búsqueda que él no salía en serio, pero ciertamente no se quedó sin nada. Qué afortunadas eran las mujeres por captar su atención, aunque solo fuera por una noche.
Me pregunté si alguna vez estuvieron en mi posición, conocí a Harry una vez y no pude determinar si le gustaban o no, luego recurrí patéticamente a buscar su nombre en Google para ver si tenía un tipo.
Él tenía un tipo de mujer. No en cuanto al color del cabello o la forma del cuerpo, sino que más bien todas las mujeres con las que se lo vio eran de cierta clase social, estaban serenas y elegantes, pero también tenían una buena mirada cuando lo necesitaban, y todas se veían magníficas en traje formal.
Sin embargo, nunca aparecieron con él más de dos veces. La única excepción fue la mujer con la que fue visto esta noche, y si el artículo que tenía abierto era algo por lo que guiarse, entonces todos predijeron que Harry se casaría con ella cuando fuera el momento adecuado.
Entonces, incluso si quisiera perseguirlo, había muchas razones para no hacerlo. Pero no quería perseguirlo, así que cerré Safari en mi teléfono, lo cargué y me acurruqué debajo de mi edredón. Harry podría haberme sacado una reacción física, pero maldita sea si estaba dejando que se volviera emocional también.
No podía dejar de repetir en mi mente el artículo.
«STEELE INTERNATIONAL HACE UNA OFERTA POR EX-HOTEL DILAPIDADO
Steele Real Estate Development, una subsidiaria de Steele International, ha hecho una oferta por un edificio que una vez albergó uno de los mejores hoteles de Londres. El Duchess no ha estado operativo desde finales de los 80, pero el edificio se ha puesto en el mercado recientemente. El interés en la propiedad ha sido fuerte, pero la oferta de la compañía de Harry es el doble de la oferta más alta anterior.
Una oferta que resultó provenir de Xavier Steele, medio hermano separado de Harry. Los hermanos están regularmente en guerra en la industria de la tecnología y parecen estar diversificándose hacia la propiedad a medida que Xavier expande su negocio. Los rumores en Chelsea sugieren que Xavier está celoso del éxito de su hermano pequeño y tiene el objetivo de expandir su empresa a una escala mayor que la de Harry.
El departamento interno de relaciones públicas de Steele International no hizo ningún comentario sobre los rumores y cuando nos comunicamos con XS Enterprises, nuestras llamadas no fueron devueltas. Parece que los hermanos están de acuerdo con ir a la guerra, simplemente no quieren hablar de eso.
El hermano menor de Harry, quien recientemente fue nombrado el hombre más rico menor de treinta por Forbes, hizo su movimiento por la propiedad en un evento de caridad organizado por Byron y Rosalie Segrave. Los eventos sociales generalmente no se ven como el lugar para los negocios, pero Harry Steele nunca ha sido de los que se apegan a las reglas y regulaciones de la alta sociedad. Después de asistir a la función con Georgiana Segrave del brazo, Steele trabajó en la habitación y tejió su encanto antes de hacerle la oferta al propietario actual.
Steele lució atractivo con un traje gris a rayas de Lanvin, mientras que su acompañante deslumbró con un vestido esmeralda a medida de Alexander McQueen. La pareja no está saliendo oficialmente, pero se han estado viendo casualmente desde que eran adolescentes y fuentes cercanas a la pareja sugieren que están cerca de comprometerse.
No estamos seguros de quién tiene más suerte, pero sí sabemos que serán lindos bebés. Vuelva a consultar aquí las últimas noticias sobre la oferta hotelera de Steele International».