"Julieta necesita un Romeo" Capítulo 3

1769 Words
Cuando te vi, me enamore y tu sonreíste porque lo sabias. ~William shakespeare Mateo Miro la hora en mi reloj y me levanto soñoliento, tengo que ir a la universidad, además que hoy iré al parque de atracciones con Clara, mi novia, y también con el molesto de mi mejor amigo, Fabio. Dirijo mis pies al baño y tomo una ducha rápida para luego vestirme con una camiseta azul, un blue jeans y unas tenis negras. Me pongo una gorra negra y luego de tomar mi bolso salgo de la habitación para desayunar El olor a café inunda mis fosas nasales guiandome hacia la cocina donde mi madre al verme sonríe y me pasa una tasa —Buenos días madre—saludo alegre. —Buenos días hijo ¿Cual es el plan de hoy?—pregunta refiriéndose a lo que haré en el día. Mi madre y yo teníamos una confianza excelente. —Universidad, almuerzo, clases de guitarra, casa y luego parque de atracciones con Clara—enumero con los dedos. Mi madre hace una mueca al escuchar el nombre de mi novia, quien no le agrada ni un poco. —Se lo que vas a decir—suelto mirándola acusatoriamente. Ella alza las manos en son de paz y suelta una risa. —No he dicho nada. Pero tu sabes que estas... —Perdiendo el tiempo, ya lo había escuchado. Ella se encoje de hombros y pone frente a mi el desayuno. —Nos acabamos de mudar, y esa chica te persiguió aquí, eso no es normal Mateo—explica sentándose frente a mi. —Solo me ama—la defiendo a pesar que sabía que clara estaba obsesionada conmigo. Sólo que dejarla... Después de dos años, era algo difícil, la rutina me lo impedía. —Cambiando de tema, ¿conoces a nuestros vecinos?—pregunto recordando a la chica de ayer. Ella alza una ceja y pregunta. —¿Cual de los dos?—pregunta. —Los del lado derecho. —No, no los conozco, pero se que son una pequeña familia, sólo la madre y sus dos hijos, me lo dijo la vecina del otro lado—menciona tranquilamente. La situación me causaba mucha curiosidad, porque ayer recién nos mudamos. Inicio del flashback Dejo la última caja en el suelo y tomo mi guitarra, la nueva casa tenía un pórtico hermoso, y te daban ganas de estar afuera todo el día. Salgo de la casa sentándome en la pequeña silla y cierro mis ojos poniéndo mis manos en la guitarra, el viento golpea mi rostro inspirándome a iniciar. Mis manos se mueven ágilmente por la guitarra, e inmediatamente empiezo a cantar sabiendo que esto es lo que mas disfruto en el mundo, mi pasión era la música, me movía por ella y todo lo que contuviera música me atraía como un imán. Abro los ojos y mi mirada enfoca a una chica, de mi edad, su cabello castaño cae a los lados de su rostro, sus mejillas sonrojadas la hacen ver hermosa, sus ojos castaños se abren con sorpresa al notar que la he pillado mirándome, su expresión de vergüenza me da mucha ternura así que paro de tocar, pero antes de poder decir una palabra ella corre dirigiéndose a la casa de al lado. Fin del flashback. Tomo mi bolso saliendo de la casa en dirección a la universidad, me subo en el auto de mi madre y mi mirada va hacia la casa de al lado, no parece haber nadie... Suelto un suspiro y me preparo para mi día en la universidad. ... Son las doce del medio día, así que manejo en dirección a mi casa para almorzar y luego ir a mis clases de guitarra, eso era lo bueno de tener auto, podía ir y venir con tranquilidad, así no tenía que almorzar en la cafetería de la universidad o un café. Amaba la comida de mi madre. Siempre sería mi primera opción. Llego a casa y me bajo del auto, mi mirada curiosa vuelve a la casa de nuestros vecinos y decido intentar socializar con ellos, dado que nadie los conoce aún. Aunque sólo era un excusa, realmente quería saber más de aquella chica, sin duda era hermosa. «Tienes novia» Me reprendo mientras camino hasta allá a grandes zancadas, una vez estoy en la puerta toco el timbre impaciente. Segundos después escucho pasos acercándose y la puerta se abre, la chica de ayer me mira sorprendida y en cuestión de segundos cierra la puerta. Abro la boca indignado y divertido a la vez y por lo que veo no se ha alejado de la puerta. —¿Hola?—pregunto confundido. La puerta se abre lentamente y mi vista choca con la suya, sus ojos castaños oscuros me miran avergonzados, su cabello castaño pasando a n***o esta sujeto en un moño desordenado, su vestimenta consiste en unos leggins, una camiseta de algodón y sus pies descalzos. Sin querer mi vista pasa a sus tonificadas piernas pero su mirada me hace desviar la mía. «Deja de mirarla Mateo» —Hola, Soy Mateo. Tu nuevo vecino—me presento curvando una sonrisa nerviosa. ¿Desde cuando yo me ponía nervioso por una chica? —Um... Yo soy Julieta—susurra tímida. —Bonito nombre—menciono alzando las cejas—Te vi ayer... En el pórtico de mi casa... ¿Necesitabas algo? Pregunto, su rostro adquiere un semblante avergonzado y mi diversión crece, es tan... Intrigante. —Eh..no, lo siento... Yo sólo...sólo escuche música y quise acercarme—tartamudea. —Oh, ¿Te gustó? Es una canción en la que estoy trabajando—digo expectante a su respuesta. —Si, estuvo bien—responde. Vale, no le gusto. Era la primera persona que no me elogiaba miles de veces al escucharme. Sonrío por eso y me apoyo en el marco de la puerta. —Que bueno que te gustara. Bueno, sólo venía a eso—espeto bajando las escaleras del pórtico. —Vale. —¡Nos vemos luego vecina!—grito volviendo a mi casa. Entro con una leve sonrisa y mi madre, quien me espera en el comedor alza una ceja. —¿Ha pasado algo?—pregunta curiosa. —He conocido a nuestra vecina, se llama Julieta—digo con entusiasmo. ¿Yo? ¿Entusiasmado? Algo ocurre aquí. —¿Y?—pregunta confundida—¿Porque el entusiasmo?—pregunta y abre los ojos como platos—Oh no. No me digas que Julieta necesita un Romeo. Bufo inevitablemente y me siento frente a ella. —¿Mi padre y Nathalia?—pregunto haciendo que ella niegue con la cabeza. —Trabajando, no dejan esa empresa—suelta empezando a comer. Me encojo de hombros sabiendo que mi padre y hermana necesitaban pasar mucho tiempo en la nueva empresa que fundaron aquí, ese es el motivo de nuestra mudanza, pero yo no tenía ningún problema de volver a empezar, ya estaba acostumbrado. (...) Entro al parque de atracciones con Clara y Fabio, la escucho parlotear acerca de cual juego quiere y yo suspiro. —Si, si quieres podemos ir a ese—musito cansado. Fabio me da una mirada divertida y empezamos a caminar por la feria. —¿Que les parece si vamos a uno de tiro?—pregunto y clara hace una mueca pegándose a mi brazo. —¡No! Vamos a la montaña rusa —chilla y yo hago una mueca de pánico. Fabio se encoge hombros y yo me acerco al juego de tiro, una figura conocida aparece en mi campo de visión haciéndome sonreír. Me cruzo de brazos observando a mi vecina concentrada en el juego, se posiciona y tira la primera vez acertando, la segunda vez también. —¿Que hacemos aquí parados?—pregunta clara. Mi amigo nota que miro a mi vecina y alza las cejas poniendo su vista en ella también. Julieta da el tercer tiro acertando y decido acercarme, Clara me mira con molestia al ver a la chica y no me puede importar menos. —Mira que casualidad—suelto haciendo que ella gire su cabeza en mi dirección, su mirada va a clara quien toma mi mano posesivamente. —Si, mucha casualidad—responde relajada viendo a Fabio quien le sonríe coqueto. Ush. —Aqui tiene señorita felicidades—dice el chico detrás del mostrador, Julieta vuelve su vista a el y sonríe ampliamente Haciéndola ver hermosa. Dios, que me pasa. —¿Podria escoger aquel?—pregunta ella señalándo otro peluche. El chico alza una ceja y asiente tomando el peluche. El de Moster inc, no recuerdo como se llamaba, pero tiene sólo un ojo. —Buenos tiros—digo llamando su atención. Ella se gira alzando una ceja y Clara me codea haciéndose notar. —¿No nos presentas amor?—pregunta Clara. ¿Porque la traje? —Si, Clara, ella es mi vecina... Julieta. Julieta estira su mano en dirección a clara y ambas las estrechan. —Un gusto Clara, y si me disculpan... Iré a otra atracció—-musita mirándonos. —Puedes venir con nosotros—pido queriendo pasar más tiempo con ella. Ella se gira confundida y me mira a mi y a clara. —Amor, ¿No crees que ya deberíamos irnos?—pregunta clara entre dientes, visiblemente molesta por mi atención hacia Julieta. —Tu novia habló compañero—se burla Fabio. Le doy una mala mirada y vuelvo a ver a Julieta. —No hay problema, me va bien sola. Dice yéndose. Resoplo y me dirijo al auto con Clara y Fabio, este último me mira fastidiado al escuchar a clara discutir sola y entonces exploto. —¿Que te pasa Clara? ¡¿Acaso he echo algo para que estés molesta!? —¡Estabas coqueando con ella! —¿Que?—cuestiono confundido—¿de que estas hablando? —De esa chica, Juseli. —Julieta. —¡Como se llame! ¡No la quiero cerca de ti! —¡Ya basta Clara! Ya te he dicho que apenas conozco a julieta, deja de ser paranoica—grito exasperado. —¡Si! Pero le has invitado a quedarse con nosotros, además que la llamas así! tan deliberadamente—dice haciendo gestos con las manos exageradamente. Pero esta mujer... —¿Como quieres que la llame? Clara, ese es su nombre. —Como sea, no tienes remedio—suelta cruzandose de brazos. —Siempre debes arruinar todo con tus celos Clara. Espeto empezando a manejar en dirección a su casa. Creo que no tendría tanta paciencia de ahora en adelante.
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