"Vergüenza" Capítulo 2

1517 Words
Julieta. Pico con agilidad las patatas frente a mi, cocinar es una de las cosas que más me gusta hacer, me abanico con la mano por el intenso calor que hace el día de hoy sin embargo no me apetece salir. Por la sencilla razón de que no quiero encontrarme con mi nuevo vecino. La vergüenza aún se instala en mi interior al recordar sus ojos mirarme confundidos. Soy una persona extrovertida, pero tímida cuando no conozco a alguien, por lo cual, al verme descubierta sólo pude huir. En fin, la cobardía. Quito el mechón de cabello castaño que siempre me molesta a la hora de cocinar, porque no me deja ver. ¡Pinche cabello! No me malinterpreten, me gusta mi cabello, es largo, castaño y con risos, pero a veces es realmente fastidioso. Dejo las patatas en la estufa y me muevo por la casa limpiando, hoy inicie la uni, pero como sólo eran presentaciones, ya estaba en casa, eran las doce del medio dia, debía aprovechar mi tiempo al máximo, talvez podría ir al parque de atracciones que hay por aquí, en la cuidad, una señora me dijo que venía cada tanto tiempo por lo que debía ir antes que se fueran otra vez. Escucho el timbre por lo que voy a abrir tranquilamente si importarme mi aspecto, después de todo no es que conociera a alguien por aquí. Abro la puerta y la vuelvo a cerrar al momento de ver a mi vecino al otro lado. ¡No! ¡Quiero que me trague la tierra! ¡Si! ¡eso quiero! Apoyo la espalda en la puerta sintiendo la vergüenza embargarme y escucho su voz al otro lado. —¿Hola? Cierro los ojos sabiendo que no tengo más opción que abrir y pedir que me trague la tierra de una buena vez y acabe con mi vergüenza. Me quito lentamente y abro la puerta, mi mirada se encuentra con sus ojos castaños claros y me paralizo completamente. —Hola, Soy Mateo. Tu nuevo vecino. Dice curvando una sonrisa. —Um... Yo soy Julieta—susurro intimidada, el chico era muy guapo. —Bonito nombre—dice y luego alza las cejas—Te vi ayer... En el pórtico de mi casa... ¿Necesitabas algo? Pregunta y yo quiero desaparecer. —Eh..no, lo siento... Yo sólo...sólo escuche música y quise acercarme. Digo entrecortada. Que vergüenza tenía que pasar, Dios ayuda. —Oh, ¿Te gustó? Es una canción en la que estoy trabajando. ¿Gustarme? ¿Hablaba enserio? Casi babeo sobre su pórtico. —Si, estuvo bien—digo. ¡Eso Julieta! Haste la dura. El chico sonríe alegre y se apoya en el marco de la puerta. —Que bueno que te gustara. Bueno, sólo venía a eso—dice bajando las escaleras del pórtico. —Vale. —¡Nos vemos luego vecina!—dice dándose la vuelta y un minuto después sale de mi campo de vista. Cierro la puerta una vez entro a la casa y suelto el aire que retenía. ¡Que momento! Y yo hecha un desastre, que vergüenza. Decido ir a la habitación y ver alguna serie para distraerme, ya en la noche podría ir al parque de atracciones. Me muevo hasta la habitación y me acuesto tomando mi laptop. Tarde de series, aquí vamos. ... Me levanto sintiendo el cuerpo adormecido, apago la compu y busco en mi armario algo que ponerme, me decido por unos jeans y una blusa azul, por último unas tenis y me visto para ir al parque de atracciones. Ya le había pedido permiso a mi madre por lo que no tenía problema. Luego de vestirme y dejar mi ondulado cabello castaño suelto salgo de mi habitación con mi bolso en la espalda. En el camino me encuentro a mi hermano jugando con un carro de juguete, me agacho a su altura y le doy un beso en la mejilla antes de continuar mi camino. —¿A donde vas Juli?—pregunta el mirandome. —Por ahí. Respondo saliendo de la casa, tomo la bicicleta y empiezo a manejar hacia el pueblo, el parque de atracciones se encuentra en el centro. Minutos después llego y aparco la bici en el puesto de las bicis y le pongo seguridad antes de dirigirme a la entrada del lugar. —La entrada serían seis euros—dice la chica con una sonrisa. Le paso el dinero y ella me entrega una pulsera con la que podre entrar en cualquier atracción. Entro emocionada y miro a mi alrededor pensando que puedo hacer, me acerco a un puesto de tiro y mi mente va directamente al último recuerdo que tengo con mi padre, suelto un suspiro y me dirijo allí. —Quiero intentarlo. Pido al chico detrás del mostrador, este asiente y me pasa una escopeta, se supone que debo darle al blanco. Me posiciono de la forma correcta y clavo mi vista en el blanco, un tiro, listo, dos tiros y... ¡Bingo! Tres. El chico me mira sorprendido y yo sólo sonrío en su dirección. —Mira que casualidad. Escucho una voz conocida a mi lado, giro mi cabeza en el acto mirando a la persona desconocida. Mi vecino, casual. Miro a su lado a una chica rubia que le toma de la mano mirándolo. —Si, mucha casualidad—respondo esta vez dirigiendo mi mirada al otro lado donde un chico rubio me sonríe. —Aqui tiene señorita felicidades—dice el chico del puesto pasandome un oso. Miro los diferentes peluches y veo uno que hace que mis ojos se iluminen —¿Podria escoger aquel?—pregunto señalándolo. El chico alza una ceja y asiente tomando el peluche. Me lo tiende y yo le paso el oso que se parece al de la peli, y sonrío ampliamente al ver a Mike Wasauski. El de Moster inc —Buenos tiros—escucho la voz de mi vecino recordándome su presencia. Lo miro con una ceja enarcada y la chica lo codea. —¿No nos presentas amor?—pregunta. ¿Amor? Creo que me dio diabetes de sólo escucharla. —Si, Clara, ella es mi vecina... Julieta. Estiro mi mano hacia ella quien la toma con recelo. Oye vaquera, relajate, no quiero quitarte a tu novio. Ni que me dijeran Raquel para estar enamorada de mi vecino. —Un gusto Clara, y si me disculpan... Iré a otra atracción—musito incómoda. —Puedes venir con nosotros. Me giro otra vez hacia ellos al escuchar su voz, que claramente llamó mi atención desde el día de ayer. ¿Que cual era mi manía con las voces de la gente? Ni idea. Preguntenle a mi madre. Miro a Mateo y luego a su... Novia, Esta lo mira con molestia y luego al chico a su lado. —Amor, ¿No crees que ya deberíamos irnos?—pregunta. —Tu novia habló compañero—se burla el chico a lo cual Mateo lo mira mal. —No hay problema, me va bien sola. Digo yendome. Que momento más incómodo. Me monto en un par de atracciones más hasta que ya es hora de irme. Camino hasta la salida y muevo mis pies por el aparcamiento buscando mi bici, escucho voces en uno de los autos cerca de mi bici, por lo que frunzo el ceño al escuchar la—ahora —conocida voz de Mateo. Ush no, no me digan que voy a ver a este chico cada vez que salga de mi casa, por favor. —¡Ya basta Clara! Ya te he dicho que apenas conozco a julieta, deja de ser paranoica. La mención de mi nombre me incómoda en sobremanera pero intento pensar que yo no pinto nada allí, después de todo no he hecho nada. —¡Si! Pero le has invitado a quedarse con nosotros, además que la llamas así! tan deliberadamente. —¿Como quieres que la llame? Clara, ese es su nombre. Decido dejar de escuchar porque me siento una cotilla así que me muevo buscando mi bici, al encontrarla—por fin—me monto en ella y empiezo a manejar de vuelta a mi casa, el camino se me hace rápido por lo cual al llegar bajo, poniendo la bici en su lugar. —¿Hola? ¡Mama!—llamo buscándola. Llego a la habitación donde se encuentra viendo su celular y mi hermano las caricaturas. —Hola hija ¿Como te fue?—pregunta mirandome. —Muy bien madre. Sabes que he conocido a nuestro vecino. Musito sentándome a su lado. —¿Los de al lado?—pregunta, asiento encogiéndome de hombros y ella alza una ceja—Eso esta bien. Me levanto despidiéndome de ella para irme a dormir y camino fuera de la habitación, entro en mi cuarto y me pongo la pijama para finalmente acostarme. Cierro mis ojos para intentar dormir pero unos ojos castaños claros llegan a mi mente haciendome abrir los ojos de golpe. ¡No! No no no... ¿Que rayos hago pensando en ese? ¡Ayuda!
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