Quinta burbuja.

1534 Words
Le describe cómo debe ponerse la ropa, para finalizar en cómo descansar en la cama, lo que se convierte rápidamente en la parte favorita de Njord. Por la tarde, todos en la casa despiertan debido al ruido de la madre de Cicero, quien sirve el café y algunos sandwiches de carne. La mujer espera el momento en que se sienten a la mesa, para poder reprenderles por su comportamiento, llegando después del amanecer. Pero al ver a Njord, se queda petrificada, cosa que realmente en la mesa no notan. Hefesto se distrae enseñándole a comer con cubiertos a Njord, razón por la que su sandwich termina más desparramado por la mesa, que en el interior de su estómago. Llevarlo de un lado al otro se vuelve natural para ambos hombres, más notan el esfuerzo de este por usar sus piernas, en las cuales siente un cosquilleo recorrerlas y dolorosos calambres al apoyarse en ellas. Así pasan algunos días, en los que Hefesto lleva a Njord a su restaurante para cuidar de él, mientras Cicero le ayuda al salir de su trabajo. Ya sea a enseñarle a Njord, buscando a Elián, o entreteniendo al más joven. Ya que este comienza a desplazarse apoyado de los muebles por el lugar, algunas veces dando con la cocina, donde comió pescado crudo sin problemas. En cuanto a los Elián de la isla, la mayoría que han logrado contactar no quieren saber nada del extranjero que ha venido por ellos de visita, mientras que los pocos que se han animado a ir con Njord se convierten en una constante. Quedan prendados por Njord al verle, más este los rechaza fríamente sin siquiera chistar, aceptando de mala gana los obsequios que comienzan a llegar. Y no sólo de ellos, el restaurant de Hefesto comienza volverse bastante famoso, por lo que sus pretendientes aumentan. Así con el pasar de las semanas, Njord aprende del mundo humano, y a manejar mejor su cuerpo. Sus piernas responden mucho mejor, pero los calambres por sostener su peso no cesan, por lo que sus piernas dejan de responder luego de caminar por un tiempo prolongado. Los amigos de Cicero procuran por Njord, en parte debido a lo cautivante del joven, más con un sincero cariño debido a que han presenciado su progreso. Con ayuda de los pretendientes de este, su apariencia mejora, agrandando cada vez más su guardarropa. N- ¡Si los genitales debieran esconderse, su cuerpo les ayudaría, no tiene sentido usar toda esta ropa! B- ¡Eres un exhibicionista! A- Es cuestión de pudor. N- ¿Cuando han visto un gasto taparse? K- ¿’Gasto’? N- La bola de cabello amarilla a la que Hefesto alimenta más que a mí. C- Es ga-to. N- ¡Eso, el gato! D- Es diferente, los animales no tienen el mismo nivel de consciencia que nosotros, además no tienen “todo” al aire. N- ¿Qué tonterías dices, mocoso problemático? ¡¿No has visto a esa bola amarilla burlarse de mí?! Al menos ellos no se reproducen en público, no me hables de “pudor”, los humanos son peores. C- Tienes que dejar de llamarnos cómo lo hace mi papá, eres menor que yo, es raro. A- ¡Y nosotros no nos reproducimos en público! N- Sí lo hacen. .. ¿‘Menor’? C- Cómo mi padre y yo, él tiene cincuenta y dos años, yo tengo treinta. N- ¿‘Años’? B- Es una manera de saber hace cuánto estás vivo, se cuenta desde el momento que naces. N- Tengo doscientas quince lunas. K- ¿‘Lunas’? Son meses.. Entonces.. Tienes diecisiete años. D- ¿Cómo un niño de diecisiete tiene un cuerpo así? N- Entreno para conseguir pareja. Entonces, los años son doce lunas, y cada luna es un mes. C- Exacto. D- ¡¿Alguien por favor que se alarme tanto cómo yo?! ¡Tiene ese cuerpo y dice que es para conseguir pareja! A- Lo único extraño es que tiene muchos prospectos y no ha escogido. N- ¿? A- Es decir, que te cortejan muchos. N- Ninguno es bueno. K- ¿Y las mujeres? N- Ya lo dije, ninguno es bueno. C- Lo dices generalizando, lo entiendo, pero si vas a responder una pregunta con género específico debes cambiar las palabras. Rodando los ojos con fastidio, Njord hace reír a quienes le observan, más su atención se centra de pronto fuera de la tienda. Es entonces cuando se levanta de golpe, más al dar un par de pasos da de bruces al suelo, por lo que le socorren rápidamente. Casi con desesperación, con una mirada triste, Njord caja de Cicero. Njord- ¡Ahí, Elián! Todos levantan la mirada, pero hay muchas personas en la calle, por lo que no atinan fácilmente. D- ¡¿Cuál, cuál?! N- ¡Cabello mantequilla! C- Rubio. N- Piel frita. -¡! .. A- ¿Quemada? K- ¿Bronceada? C- ¡Hay muchos así! N- ¡El de la cosa grande de madera, cómo tabla! C- Rubio, bronceado, surfer.. ¡Es ese! Sin esperar un solo segundo, Cicero y Adara corren hacia el hombre que se aleja rápidamente, a punto de subirse a un auto. Mientras los demás ayudan a Njord a subir a levantarse del piso, Cicero le da alcance Elián, quien intenta despacharle al creer se trata de un vendedor. Cosa que Adara no permite, casi buscando pelea con Elián, quien está segura debió rechazar sus llamadas. Es Dio quien sale rápidamente al ver la incesante discusión, para tranquilidad de Njord, llevando casi a rastras a Elián hasta él. Este tarda en ver al más joven, ya que se centra en discutir con quienes le llaman desconsiderado, lo que no cree merecer de unos meros desconocidos. D- ¡¿Y si te callas y nos escuchas?! E- ¡Dame una maldita razón! A- ¡La razón es que te voy a botar los dientes! E- ¡Que muñeca más irritante! A- ¡¿Cómo me llamaste?! Es en este punto que Kallos, con una mirada molesta, da dos fuertes manotazos a la mesa llamando la atención de todos. Es en este momento que Njord, le habla con voz nerviosa a Elián, para sorpresa y agrado de este. N- H..Hola. E- ¡! .. ¡Tú eres..! El que se ahogó el otro día. N- Estoy vivo. E- Puedo verlo, y me alegra mucho, aunque no me diste las gracias. N- No sabía decirlo, pero vine a hacerlo. E- ¿Sí? N- Sí, te preocupaste por mí, siendo solo un humano. E- Claro, lo soy.. ¿Y cómo me lo vas a agradecer? N- Vine hasta aquí, te daré mi primera pelea, en tu territorio. En ese momento, todos se sorprenden, incluso Hefesto que a penas tenía tiempo de salir de la cocina. Con un suspiro pesado, Elián tapa su rostro con una mano, mostrando una expresión irritada. E- Tanta belleza tenía que tener un ‘pero’, estás loco, debí saberlo. N- Eso no es educado de tu parte. De donde vengo, es un honor, sobre todo de mi parte. E- Pues aquí significa que no te agrado. N- Es todo lo contrario, viviré contigo. Ante esto, todos reaccionan. -¡¿Qué?!/¡¿Cómo?! La sonrisa de Njord es suficiente para dejarles mudos, por lo que un silencio sepulcral inunda el restaurante, permitiendo que los testigos meramente observen al joven. N- Viviremos juntos, desde ahora, eres tú a quien escojo. Nadie se atreve a decir una sola palabra, ni siquiera Elián, quien apoyándose sobre la mesa de acerca más a Njord sin percatarse de ello. Su contacto visual no se rompe en ningún momento, lo que hace al más joven sonrojarse levemente, para después dejar un rápido beso en la mejilla del otro. Es solo entonces que Elián despierta de su ensoñación, a penas para pronunciar palabra, aún levemente aturdido. E- De acuerdo, vendrás conmigo. La suave risita de Njord resuena por el lugar, mientras Elián le ayuda a salir del lugar, para después llevarlo en su auto hasta su casa. Una enorme casa con una pared de cristal que da vista al ocaso, de dos habitaciones, con concepto abierto y una enorme piscina. Justo sobre la más alta montaña de la isla, la más céntrica, lo que sorprende al más joven. La pregunta respecto a todo lo que ve, no se hacen esperar, desde plantas hasta animales. A lo que Elián responde con desgano, sintiéndose extraño por las sensaciones que Njord le provoca, por lo que desea alejarse del más joven. En cuanto llegan, Elián le promete volver pronto con sus cosas, dejando a Njord en el sofá. Al volver al restaurante, ve la confusión de quienes acompañaban al más joven, por lo que se acerca a ellos con molestia. E- Necesito una explicación. D- También nosotros. E- No pueden entregármelo solo así. C- Es que, realmente no esperábamos que todo se diera así, creímos que lo conocías. E- Y sí, pero, o sea.. ¡Solo lo vi una vez! H- Yo no creo que lo merezcas. E- ¡¿Disculpe?! H- Conozco a los hombres cómo tú, él vino a ti, cuando no puede siquiera caminar bien
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