En medio camino hacia la isla, casi ocho machos interesados en Njord comienzan a seguirles, obstaculizando su objetivo de ocultar al más joven.
Es entonces que deben de separarse, mientras sus padres distraen a los hombres, Njord escapa. Es una larga encrucijada para perder a quienes logran seguirlo, más lo logra, llega exhausto a la orilla de la isla. Njord se recuesta en la arena, respirando con dificultad, agradeciendo la oscura noche le oculta.
Sabe cómo proceder, pero nadie le explicó los detalles, por lo que intenta pensar una manera de cumplir su objetivo. Njord se asume en sus pensamientos, esperando su cuerpo se seque, más una vez esto sucede se sorprende. Dolor, un abrazador dolor que le envuelve completamente, incapacitando hasta su respiración.
Su hermosa cola con aletas cual tul, se encoge lentamente, arrugándose en apariencia cómo si se pudriera. Njord siente que todos y cada uno de los huesos de su cara hacia abajo se quiebran lentamente, cómo si los plegaran con paciencia, con el único objetivo de torturador. Los pliegues de sus manos se cortan, dejando rastros de sangre cómo un recuerdo de sus manos palmeadas, mientras sus largas y filosas uñas se retraen cual si una fuerza invisible las empujara agresivamente contra la carne de sus dedos.
Los ojos de Njord se ciegan, tanto por el dolor cómo por el cambio de su pupila vertical por una redonda, mientras las aletas de sus oídos le hacen escuchar un zumbido al encogerse y deformarse al igual que su cola. Es cuando pierde cierta longitud, que su cola se divide en dos, derramando tanto cómo la sangre de Njord, cómo parte de sus órganos. Su piel escamosa cae, cómo el cambio de una serpiente, mientras sus huesos se acomodan lentamente incrustándose en sus carnes. Es cuando el joven no aguanta más el dolor, soltando un alarido que hace agitar las aguas poniendo en alerta a todos en la isla, quienes no advierten lo que sucede.
Poco a poco las carnes deformadas de la cola de Njord, empujan los huesos que faltan en su lugar, al igual que los órganos. Momento en el que Njord debe superar su dolor, para ayudar a su cuerpo a no introducir arena donde no se debe, más cada movimiento o toque le dan calambres que sacan gemidos de su parte. En el momento que su cuerpo finaliza el cambio, todo dolor abandona el cuerpo de Njord, dejándole leves espasmos en sus músculos.
Mientras, el joven respira al fin, cómo si acabara de salir del agua y se estuviera ahogando. Lo que en realidad le ha sucedido, se ahogaba en su dolor, contuvo la respiración hasta casi explotar sus pulmones. Por lo que permanece recostado en la arena, con su cuerpo sudoroso después de tal esfuerzo, casi desmayándose en el proceso.
Para su mala suerte es viernes, por lo que muchos jóvenes festejan en la isla, algunos incluso buscando problemas. Tres hombres son los primeros en llegar hasta Njord, prácticamente saltando hacia él sumamente ebrios, más no lo suficiente para no ver la desnudes del joven. Primero inician todo cómo una broma, pero la silueta plateada del joven bajo la luna, pronto les encanta hasta intentar someterlo.
Njord no sabe ponerse de pie, mucho menos mover sus pesadas y musculosas piernas, no puede más que lanzar manotazos con la ausentes garras que en otro momento le darían la victoria. Pero la fuerza de sus brazos permanece, lo que con mucho esfuerzo le permite noqueado al más insistente de los hombres, más siendo inmovilizado por los dos restantes. Así logra Njord, más por un instinto de supervivencia que por siquiera teoría, aprender a dar patadas, aunque no certeras.
Esto le da la oportunidad a uno de los hombres de meterse entre sus piernas, asqueando a Njord al sentir de cerca sus órganos reproductores tan cerca de él, los cuales nunca le parecieron muy estéticos. Por que sí, había visto humanos reproducirse en el mar, frente a otros humanos los cuáles les ignoraban. Pero el olor era lo peor, olían cómo especímenes débiles, lo más humillante que le podría pasar.
¿No es irónico que a lo que más le huía, le persiguiera tan férreamente? Njord intenta ocultar sus propios, nuevos, genitales del alcance de los asquerosos machos frente a él. Así, pierde la fuerza poco a poco, siendo esta la gota que está a punto de derramar el vaso.
Había huido larga y tendidamente de los suyos quedando exhausto, cansándose más después del doloroso cambio de su cuerpo, para rematar con el par de humanos que luchan en equipo contra él que aún no sabe usar adecuadamente su nuevo cuerpo. Tiene una carta a su favor, y sabe que de usarla, deberá huir inmediatamente después. Su canto.
El canto masculino es una buena opción, incentiva el instinto de supervivencia en tu enemigo, haciéndole huir. Pero Njord sabe usar el canto de las hembras, para hechizar a tu merced a quien lo escuche, por lo que incluso podrá ahogarlos sin problema. Sin duda esta parece la mejor opción para el joven, quien con sed de venganza, respira hondo para dar su primera tonada.
Más rápidamente los interrumpen, varios humanos, tanto hembras cómo machos corren en su auxilio. Tres machos golpean fuera a los hombres que se encontraban sobre Njord, mientras las dos hembras lo abrigan, con la extraña tela humana. Por más que las mujeres intentan ayudarle a ponerse de pie, el joven no lo consigue, para su buena o mala suerte llega también en ese momento la policía.
Esposando a los hombres, los meten en la patrulla, más desconfían de quienes han ayudado a Njord. Esto debido a que se nota que también han consumido alcohol, el único cuyo criterio planean escuchar es el de Njord, más este no les dice una palabra. El joven se limita a negar o asentir, más que suficiente para arrestarlos, pero no para un probable juicio.
-Necesitamos que cuente su versión, no es de aquí, por lo que debe ser un turista.
Adara- Entonces no creo nos pueda dar la dirección de su hotel, deberían investigar ustedes, traer un traductor o algo.
Basil- Le voy a preguntar..
Acercándose a Njord, el hombre le mira con una expresión graciosa, hablando con un tono cantarín.
B- ¿Dónde…?
Kallos- ¿Dónde te hospedas, corazón?
Interrumpiendo al otro, la otra mujer lo aleja de Njord, quien ladea su cabeza en confusión.
Deo- ¿No le pueden dar espacio?
Empujando a ambos lejos de Njord, el hombre se mantiene a cierta distancia, sonando más firme en sus palabras que los demás.
D- ¿Dónde duermes?
Señalando el océano, Njord espera con curiosidad su reacción, más todos parecen confundidos.
D- No, ya sabemos que eres extranjero, un vistazo me basta. Pero desde que viniste a la isla. ¿Dónde te quedas, dónde comes y duermes?
Njord planeaba hacer todo eso a la orilla del mar, pero la pregunta le resulta engañosa, ya que no lleva más de unas horas en el lugar. Por lo que con seguridad, niega rotundamente, sacudiendo su cabeza. Con un pesado suspiro, todos se incomodan, ya que después de lo que ha pasado Njord.
Realmente no quieren hacerle quedar en la cárcel.
Cicero- Creo que si lo llevamos con mi padre, él podría al menos ayudarnos a encontrar un lugar para que se quede, aunque no creo que gratis. Ya le robaron hasta la ropa, debe haber algo que hacer, aunque.. ¿No es raro que le dejaran la joyería? ¿Es de plástico?
Njord enarca una ceja ante esto, ya que fue el regalo de otro alfa para su padre, por lo que puede asumir se trata de un material muy importante.
A- De todas formas, ya lo ayudamos, una vez más no hace daño. Cargalo.
C- ¡¿Qué?!
A- Ya me oíste, tienen que cargarlo, no parece lastimado pero no puede usar sus piernas.
B- Y esas piernas no son de alguien que use sillas de ruedas.
En ese momento, todas las miradas se posan en las piernas de Njord, que con orgullo ante su doloroso esfuerzo por obtenerlas, se endereza en su lugar levantando su mentón.
D- Pues a mí se me está pasando la borrachera, así que hay que apurarnos, por que con este frío voy a querer orinar.
K- ¡Iugh!
Los policías conocen al grupo desde que son niños, por lo que con confianza, dejan a Njord en manos de los más jóvenes. Dio y Cicero levantan a Njord, cada uno con un brazo del joven en su cuello, caminan tan rápido cómo pueden. Es solo entonces que Njord repara en la altura de los hombres, quienes miden de 1.95 cm en más, sintiéndose levemente amenazado.