Día XX del mes junio del XXXX.
Mi hija menor, nos ha deleitado con la noticia de su embarazo ya hace un mes, lo que ha traído paz entre ella y el amo. Parecerá horrible de mi parte, e incluso una frase producto fe celos, más he recibido una tranquilizante noticia. Mi hijo hoy me ha comunicado se casará.
Puedo decir con certeza ahora, que la crecientes tensión entre mi hijo con el joven amo, no era un mero espejismo. En realidad, no pude detectar en un solo momento hostilidad de parte del joven amo, de hecho, mi hijo ha estado realmente sensible desde que su hermana ha anunciado su embarazo. Por lo que ha descargado su estrés en nuestro comprensivo amo, quien con una sonrisa comprensiva, me ha retenido incluso de ponerle en su lugar.
Nuestros amos comprenden plenamente nuestra naturaleza, por lo que se muestran compasivos hacia nuestro actuar en consecuencia, más siguen siendo nuestros amos. Recuerdo fielmente la sonrisa del joven amo al verme comer galletas en la merienda de la tarde, sus hermosos ojos resplandecían, al igual que la calidez de sus caricias en mi cabello. Grande es el corazón de nuestros amos, más no sabemos apreciarlo, prueba de ello es nuestra antigua costumbre de no darles acceso a nuestros descendientes más jóvenes.
Espero que esto se vuelva una nueva costumbre.
Espero que esta guía llegue al corazón de cada heredero que tome mi lugar, para que así, mi amado joven amo nunca esté solo nuevamente.
Mi amado joven amo, a quien de joven consideré mi amor romántico, y se convirtió en mi mejor amigo. A quién más amo ahora que mis padres acaban de fallecer. Me consuela saber que he accionado correctamente. Que la soledad no le toque, así cómo el tiempo rehúsa moverse para él, que la tristeza no desee siquiera conocerle.
Que el amor de quienes le hemos servido sea lo que le persiga, sin corromper su nobleza, para solo de forma suave abrigar su corazón.