Una foto, una cámara y una promesa

1826 Words
LEONARDO Habían pasado tan solo algunos días desde aquel… desde aquel suceso, donde nuestros labios se cruzaron de manera versátil, donde ambas miradas hablaron más que las mismas palabras, donde ambos cuerpos buscaron lo necesitado en tan solo un acto pequeño como un simple, profundo y perfecto beso. Era consciente de lo que había sucedido, tal vez no, estaba seguro de algo, jamás había sentido tal sensación, había sido una necesidad tangible, unos labios firmes, delicados, un corazón completamente estúpido, loco, demente, palpitaba con tan intensidad que me era completamente incoherente. Era un hombre seguro, si, por su puesto, pero en aquel momento, su mirada, esa necesidad que mostraban sus ojos por sentir protección, ese dolor, ese miedo… Verla huir después de nuestro encuentro, era la clara idea de que algo no estaba bien. ¿Pero qué estaba diciendo? Ella me estaba usando… no iba a ganarme la partida. Necesitaba aclarar mis pensamientos, no podía estar ahí en casa, ver su rostro y sentir que me desmoronaba por ella, definitivamente tenía que hacer algo para calmar mis pocos elocuentes latidos. Tan solo pensar en ella mi respiración se hacía complicada, pesada, nerviosa, era como si fuera un crío cuando ella se posaba a mi lado o cerca de ella. Dios libre de mi tanta tentación. No podía ni si quiera pasarme delante de aquella casa sin creer que ella me vería, así que por unos días me regresé a mi departamento, necesitaba … Controlarme. No se iba a repetir lo que sucedió con Alondra, ahora yo tenía la situación bajo mi batuta. Durante ese periodo intenté no pensar en ella, si no, en sacar adelante solo mis problemas empresariales, a contactar más clientes, a encargarme de todo los por menores, mientras que ya se encontraba en trámite legal para entrar financieramente al imperio de los Welshman. Por fin aprenderían una lección, todos y cada uno de los integrantes de aquella casa. Cuando regresé a casa, todo parecía normal, Andrea tenía todo ordenado y limpio, pero rara vez la encontraba en casa en horarios normales, lo que me era extraño, ¿Qué tanto hacia? ¿Sería acaso que tenía a alguien más? ¿O solo es que realmente tiene muchas actividades escolares? Esperaba que solo fuera lo último, por que el simple hecho de imaginarme provocó en mí una clase sentimientos fúricos en contra de quien fuera con el que estuviera saliendo. En cierta ocasión alcancé a coincidir con ella a temprana hora, su propuesta me hizo quedarme perplejo, ¿Me estaba invitando a salir? Lo más interesante es que me invitaba a salir al ¿Cine? Me reía por aquella situación tan, cómo decirlo, inocente. Era como una salida en la preparatoria o en la universidad para intentar cortejar a alguien, aquella acción me había tomado desapercibida, que acepté sin dudarlo, por que incluso no era una película tontamente romántica, si no, era de mi ámbito, con el que coincidía con ella, gozábamos del suspenso. Así que no me negué, no pude y más con esa mirada tan transparente, tan ¿alegre? Esos ojos tenían una leve pizca de felicidad cuando me ve… es … Encantador. ¡alto! Detén esas ideas, esos pensamientos que no dejan nada bueno, ella solo es un conducto para llegar a un favorable resultado. Les enseñaría una lección, lo prometía. Las empresas marchaban a la perfección y nuestro proyecto más grande iba formidablemente, teníamos clientes satisfechos, así como, una cartera de nuevos clientes, estábamos a unos pasos de comenzar con una expansión comercial. Tomé mi teléfono para verificar algunos datos cuando un mensaje llamó mi atención, era de chofer. Era extraño que el se dignara a mandar mensajes, por lo general solía llamarme para hacer más eficiente la situación y más por que era una imagen. Posteriormente aparece el mensaje en texto. “Señor, espero no se moleste por mi acción o me pueda causar la baja de mi actividad, la señorita sophia la tomó creyendo que era su dispositivo móvil, creía que usted quisiera tenerla” Aquello provocó curiosidad en mí. Descargué la imagen que estaba anexa. La imagen más natural, más perfecta, más… Mi sonrisa era más que evidente. Eran solo momentos de debilidad. ¿Pero qué demonios digo? ¿Qué rayos me hizo esa mujer? -Jamás en la vida te había visto sonreír de esa forma, ni si quiera con … ya sabes quien – me giré a verlo, era Jason, vaya aquello era sorpresivo, Jason se había ido del país con una intensión, sacar adelante su carrera como solista, tenía una muy buena oferta, así que lo exhortamos a tomarla. -Si deja de hacerlo, es aterrador – Como siempre Miguel con sus comentarios poco elocuentes. -¿Qué haces aquí? – me levante a recibirlo con un abrazo. -Digamos que vine por asuntos de negocios – -¿Negocios?, vamos bien aquí en la empresa, imagino que te han estado enviando tu retroactivo como socio, si no, para hablar al área de … - -Tranquilo vaquero, él no viene por su dinero – dijo Miguel pasando a lado mío y sentándose en mi escritorio. Odiaba cuando hacía eso. -Esa mirada tuya, frívola y maquiavélica, no funciona conmigo, así que, siéntate- Dijo Miguel quien abría mi ordenador para buscar información y proyectarla en la televisión de setenta y dos pulgadas que yacía colgada en la pared, pantalla que solo servía para proyectar modificaciones importantes que debía de mostrar a quien tuviera delante de mí, o incluso servía también para monitorear ciertas áreas de la empresa, ya que también tenía acceso a las cámaras de seguridad. -Vamos, solo síguele la corriente, los necesito a ambos en esto – Ambos nos acercamos a las sillas que yacían delante de mi escritorio, la pantalla se encendió mostrando lo que tenía abierto Miguel en mi equipo, quien estaba concentrado en buscar algo … en ¿r************* ? Aborrecía ese tipo de aplicaciones, se me hacían una pérdida de tiempo, peor aún sentía que todos disfrazaban sus verdaderas personalidades, una vida falsa, más falsa incluso que mi propio matrimonio. Sin embargo, mi empresa tenía que trabajar con ellas constantemente por el trabajo de marketing que teníamos que implementar constantemente para nuestros clientes. Pero para eso, tenía a personal que se encargaba de manejarlo, claro, era yo quien por lo general tenía que dimitir la última palabra de lo que se subía a nuestras redes o lo que se le podía mostrar al cliente. -¿Qué clase de negocios vienes a hacer? ¿Cómo te ayudo? – -Escúchalo a él – Me dijo Jason señalándome a Miguel, quien seguía pegado a la pantalla. -Voíla – Ante mi apareció una red social con diversas fotos, donde Miguel agrandó uno de los álbumes y comenzó a mostrar lentamente una a una. ¿Qué podía apreciar? Belleza en cada foto, a pesar de ser cotidianas y poco originales, tenían ese aire de simplicidad, de belleza, de poca edición, de poco juego de luces, si no, que eran tomadas en el momento exactas, capturadas para ser un… recuerdo, algo memorable… Vaya, esta persona sabía tomar fotos. -¿quieres que la contratemos? – pregunté -No, ¿Quiero que me ayudes a encontrarla? -me dijo Jason. -pues solo envíale un mensaje a la página, y ya, solucionado – -Eso hice, desde hace un año… no la encuentro- - ¿Cuál es la insistencia? y ¿Por qué dices que es ella? – le pregunté, pero Miguel solo nos veía. -ash, solo dile, que ya firmaste un contrato para la disquera y quieres que ella tome las fotos – A final de cuenta la falta de paciencia de Miguel era evidente, ustedes los hombres son tan complicados. -¿Nosotros los hombres? Aunque te gusten los hombres guapos y fuertes como nosotros, sigues siendo de nuestra especie – Dijo Jason entre risas, pero yo estaba confundido. -No tengo tan malos gustos – -Guíame ante esto, me alegra lo de la firma, sabíamos que a eso ibas y lo tenemos que festejar sin duda, pero aquí hay algo más, ¿o no? – Jason se giró a verme y Miguel quedó intrigado. -Recuerdas la noche en la que te dije que vinieras por mi por que andaba… pasado de copas por lo de Victoria – asentí, como olvidar ese suceso, fue todo un caos, acabábamos de regresar a la ciudad por unos días por vacaciones. Fue el momento en el que se dio cuenta su novia le había sido infiel, siendo que él acababa de comprar un anillo para proponerle matrimonio al termino de la universidad. Aquella noche, fui por él y lo traje a mi casa, pero fue tal espectáculo que los vecinos y mi mamá escucharon de su ronco pecho diversas canciones a todo pulmón, así como, … vaya Diversos comentarios nada agradables en contra de Victoria. Podría decirse que en su momento fue bastante vergonzoso, pero hoy era una anécdota para reír. Lo curioso fue que a los dos días de aquel incidente el comenzó a estar como si aquella situación fuera algo que nunca sucedió, estuvo tranquilo y había olvidado aquel suceso, al principio pensaba que reprimía mucho sus emociones, pero la verdad, era que lo había superado, demasiado rápido según mi apreciación. -Al día siguiente conocí a una joven mujer en un parque, ella me tomó una foto en su momento, que cuando la vi, la amenacé casi con derrumbar su carrera, su rostro estaba pálido y me explicó que ella no era fotógrafa como tal, si no, alguien que lo hacía por gusto, era su distracción para olvidarse de los problemas que pasaba en casa, en fin, para no hacerte la historia larga, conversamos un poco y le prometí que cuando tuviera la oportunidad del éxito, ella sería mi fotógrafa oficial, que la ayudaría con su situación económica… así que… quiero cumplir la promesa – -A ver si entendí, olvidaste a Victoria con tan solo una conversación con ella y le vas a ofrecer trabajo – Perdónenme, pero esto era demasiado incrédulo hasta para mí. Él asintió. Seguí sin creer la situación, hasta cuando apareció frente a mi la foto de él de hace algunos años atrás. La melancolía en su rostro era evidente, es como si la foto fuera el reflejo de esa historia que había pasado, era como si aquel… ¿Dolor? Que había sufrido por parte de su novia se hubiera capturado. -Hace algunos años que ella no publica nada, la he intentado localizar, pero no tengo la fortuna de que me conteste y sé que existen muchos fotógrafos capaces de hacer un trabajo increíble como los nuestros, pero la quiero a ella, ¡ayúdenme a encontrarla! – dijo, viendo hacia la pantalla – Quiero ayudarla, se lo prometí- -No te preocupes, Jas, la vamos a encontrar, por que si esa chica es capaz de hacerte olvidar el dolor de una mujer, entonces, vale más que por su trabajo- dijo Miguel.
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