Capítulo 5: Desesperación

1374 Words
DESESPERACIÓN "La desesperación es un síntoma de un trastorno emocional donde el sujeto se siente falto de esperanza y no ve salida a sus problemas, intentando soluciones muchas veces temerarias y vanas, que complican aún más la situación"  ************************************** Seis meses después — Ven Gia, vamos, no le prestes atención a este idiota — Enzo me mira y sonríe, cuando se enteró de mi condición se peleó con varios chicos del barrio, me llamó zorra y todos los sinónimos que se le ocurrieron, me dijo que había tenido paciencia conmigo y me había esperado, para que finalmente me hubiese revolcado con un desconocido. — Espera, necesito hablar con él — Después de la crisis, empezó a comportarse diferente, a buscarme y a ser la persona que nunca fue antes, la persona que me hubiese encantado que fuera hace unos meses, el problema es que ya era demasiado tarde para construir un nosotros. A pesar de esto, la gente del barrio pensó que yo estaba con él y en lugar de negarlo, agudizó todos los rumores, y resulta que en nuestro barrio, lo que Enzo y su familia dicen, es ley; así que el rumor dejó de serlo y se convirtió para todos, en realidad y todo el mundo empezó a verme y a tratarme como su mujer. — Deberías decir la verdad en el barrio — Me dice Ariana, ella intentó ayudarme, ha estado conmigo en todo momento, no me ha dejado sola a pesar de lo difícil que ha sido todo, es mi mejor amiga. Mi madre perdió más de la mitad de los clientes que tenía antes, con tanto problema con mi hermano y los tiempos, contrataron a otras personas; teniendo en cuenta que en ocasiones mi hermanito se ponía mal y ella tenía que salir corriendo y dejar las cosas tiradas o simplemente cancelar. Así que ahora, soy yo la que se encuentra respondiendo casi que por todo en casa, en ocasiones me siento tan desesperada, viendo en lo que se convirtió mi vida, que me dan ganas de sentarme a llorar y detenerlo todo. — Tranquila, ya te alcanzo — Me vuelvo hacia Enzo y Ariana se aleja un poco — Sabes que tengo que trabajar, tú y yo no tenemos nada, no puedes responder por mi familia y por mí, ellos son mi responsabilidad, no la tuya — Lo he intentado, de verdad, pero no logro avanzar con él. Desde que conocí al señor Perverso no me siento atraída sexualmente por otra persona ¡Es horrible! He intentado estar con Enzo y la única vez que avanzamos, empecé a llorar cuando lo sentí penetrarme por primera vez, lo empujé con fuerza y salí corriendo de su casa, afortunadamente no había nadie en el edificio y logré vestirme antes de salir a la calle, a donde Enzo me siguió con los pantalones desabrochados, eso fue el broche de oro, para que la gente en la calle confirmara sus sospechas ¡Una pelea de enamorados! — ¿Cuándo querrás ser mi chica de verdad Gia? — Enzo se acerca a mí, nos lo hemos encontrado en pleno barrio de San German de Prada, tengo una nueva clienta y Ariana va a ayudarme, porque estoy tan cansada que no creo que pueda terminar todo hoy, yo sola — Soy el puto jefe del barrio y me tienes como un perro faldero, no voy a esperarte mucho tiempo, nena y sabes qué tiempo es lo que no tienes — Me muerdo el labio y observo la gente caminando a nuestro alrededor, mi hermano cada vez necesita más cosas suplementarias y todo cada vez está más costoso — Intentémoslo y te aseguro que irás a la universidad — Mis ojos se humedecen, había confirmado mi ingreso para este año escolar y empecé a ahorrar dinero, muy entusiasmada, pero con todos los problemas que tuve y con todos los cambios que tuvimos que hacer en casa, tuve que postergarlo ¡De nuevo! — No puedo estar contigo solo para que me ayudes con la universidad o con mi familia, no voy a ser tu puta, Enzo — Le digo e intento irme, pero me toma del brazo. — No estoy diciendo eso, estoy diciendo que si estás conmigo, podemos hacer las cosas juntos, ya no estarás sola y estoy seguro de que podrás ir a la Universidad, ten confianza en mí — Lo miro intensamente, estoy desesperada, eso es verdad; Pero tanto ¿cómo para meterme con él? No soy ciega, sé lo que él y su hermano hacen en el barrio y en París ¿Si salgo con él sería su cómplice? Enzo ha sido el único hombre que me ha atraído, aparte del señor Perverso, el problema es que lo que sentía por Enzo al lado de lo que sentí y viví con el señor perverso, es un juego de niños; Aunque, estoy cansada de estar sola, de esperar volver a sentir como mi corazón se agita y mi cuerpo se estremece por él, de esperar por volver a verlo. — ¡Gia, vamos! — Me grita Ariana, ella no quiere que salga con Enzo y la entiendo, pero llega un momento en la vida, en que lo que quieres no es tan importante, el deseo es superaáqado por la necesidad y yo estoy cansada, ya no puedo más y sea como sea, Enzo es el único hombre diferente al señor Perverso, que ha llegado a interesarme, aunque ahora no sienta absolutamente nada. — Intentémoslo — Le digo y lo siguiente que sé, es que me está besando, los chicos que vienen con él comienzan a chiflarnos, sus labios están algo fríos, es navidad, estamos en invierno, pero eso no parece interesarle a Enzo que pasa sus manos sin guantes por mi mejilla — Enzo, Seguiré trabajando y viviendo con mi madre — Su sonrisa desaparece, ejerce con su mano un poco de presión en mi nuca. — De acuerdo, lo haremos como tú quieras, por ahora — Vuelve a besarme y yo espero sentir como mi vientre se contrae y mi piel se eriza, pero no sucede absolutamente nada, besa bien, muy bien, pero eso es todo. Enzo es un chico rubio, alto, con ojos azules como el cielo y cuerpo musculoso, está lleno de tatuajes y grita peligro a kilometro de distancia, y a veces pienso que puede ser, muy peligroso, de verdad. Atrae la vista de las chicas y sé que más de una se siente húmeda al verlo y ha intentado ser algo más que la chica del momento; sin embargo, yo no logro sentirme como antes, cuando verlo me hacía palpitar el corazón de prisa, es como si mis emociones y sentimientos se hubiesen quedando encerrados hace seis meses en el bar nocturno . — Tengo que irme, ¿Vale? — Vuelve a besarme y observo de reojo a Ariana que frunce el ceño. — Pronto tendrás que dejar de limpiar la casa de otros — Dice un poco enojado. — ¡Enzo! — Sabe que no me gusta que me controlen. — ¡Vale! ¡Vale! Por ahora no diré nada — Levanta las manos, en una postura de niño inocente — ¡Me voy! — Vuelve a besarme y luego se aleja, seguido de su grupo de idiotas. — ¿Qué diablos estás haciendo? — Me dice Ariana cuando llego hasta donde se encuentra esperándome. — Estoy cansada, Ari. No sé qué hacer, mi madre ha perdido otros trabajos y esta mañana antes de salir de casa, la encontré bebiendo, es la segunda vez, no puedo seguir así, estoy muy cansada, desesperada — Le digo. — Pero no puedes venderte a Enzo, ¡tú no eres así! — Me grita y me hace detener de nuevo. — No me estoy vendiendo Ari, es solo que necesito no sentirme sola, yo... yo... Estoy cansada y muy asustada, no sé qué va a pasar en el futuro — Ella me abraza y las ganas que tengo de llorar son inmensas — Me estoy vendiendo ¿Verdad? ¡Mierda! — Digo limpiándome las lágrimas. Puedo llamarlo como quiera, pero al final, solo es una transacción, yo voy a darle a Enzo lo que quiere, a cambio de tener seguridad.
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