JOSHUA
— Mierda, ¿qué fue lo que pasó? —me pregunté en voz alta.
Parpadeé un par de veces para darme cuenta que estaba en casa de mis papás. Estaba en la habitación que había usado de soltero antes de irme con Estefanía. Me levanté con cierta debilidad en el cuerpo y tambaleé al momento de poner los pies en el suelo. Estaba desnudo. Mi ropa se encontraba regada por toda la habitación.
Me puse los pantalones con cierta dificultad. Me estaba subiendo el cierre cuando la puerta se abrió y entró mi mamá con una de las empleadas que empujaba un carrito de servicio con comida a bordo.
— Vaya, hasta que despiertas. —Puso las manos en jarras.
— ¿Qué fue lo que pasó? —le pregunté confundido.— No recuerdo nada.
— No me sorprende con santa borrachera que te pusiste. ¿Cómo vas a recordar? No te dejamos ir porque no estabas en condiciones de manejar a tu casa.
La empleada comenzó a dejar la comida sobre la mesa de noche. Era un caldo de pollo para la resaca, pero en ese momento no me interesaba nada más que salir de ahí y buscar a mi esposa.
— ¿Tomar hasta emborracharme? —le pregunté.— ¿Qué fue lo que exactamente pasó? por que desperté desnudo.
Mi mamá se encogió de hombros. No obtuve respuesta alguna de ella.
— ¿Qué fue lo que pasó mamá? —le exigí una respuesta.
— Ya te lo dije, tomaste demasiado hasta perder la conciencia. Dijiste algo de que tenías problemas en tu matrimonio. Es lógico que no te íbamos a dejar manejar en ese estado. —Me miró con seriedad.— Si me preguntas por qué amaneciste en pelotas, honestamente no lo sé.
La fulminé con la mirada. Terminé de abotonarme la camisa, y salí disparado.
— ¡Joshua! ¡Joshua! —gritó mi mamá a mi espalda. Me iba pisando los talones. Bajé las escaleras furioso rumbo a mi auto.— ¡Joshua Chevalier no te puedes ir así!
— ¡Cuando me vuelvas a invitar asegúrate de que solo seamos nosotros, y que la invitación se extienda a mi esposa! —grité furioso.
Abrí la puerta de mi auto y azoté la puerta. Tenía prisa por ir por Estefanía como para perder el tiempo en estupideces con mi familia. A lo lejos pude ver que Isabela y mi papá habían salido de prisa al escuchar los gritos. Arranqué el motor, y al final vi a Lea que traía una maleta en la mano. Me vio llena de conmoción. No me sorprendería que mi papá la haya obligado a ir a otro internado.
Salí disparado rumbo a la casa donde estaba Estefanía. Había sido un error haber pasado a querer limar asperezas con mi familia. Aceleré el auto porque quería llegar lo más pronto posible y hablar con ella. Me sentía nervioso por que había una alta posibilidad de que ella me rechazara.
Entré al estacionamiento de la casa, y sentí una opresión en el estómago. Apagué el motor del auto y me vi al espejo para peinarme un poco con los dedos. Tenía un aliento terrible. Tenía un olor a león recién despertado, por lo que me puse un poco de perfume y spray de menta en la boca. Me bajé del auto y tomé las flores de cajuela, por fortuna el arreglo estaba en buen estado.
Mi corazón se detuvo por un par de segundos al entrar a la casa. Algo invisible me pegó en el estómago que me dejó sin aliento al ver que gran parte de la casa estaba destruida.
Solté el arreglo floral y lo primero que hice fue correr hacia dentro.
— ¡Estefanía! ¡Estefanía! —grité con un nudo en la garganta.
No sabía si le.habia pasado algo mientras yo estaba inconsciente en casa de mis padres. No, no podía pasar esto.
— ¡Estefanía responde! —volvía gritar desesperado al no tener respuesta. Nadie había ido a mi encuentro.
Recorrí los escombros hecho un basilisco. El corazón me estaba golpeando el pecho por pensar que algo malo le había pasado. Sin embargo, seguía sin encontrar rastros.
Estaba caminando rumbo a las escaleras para ir a la habitación de mi esposa, cuando pisé un cuadro. Bajé la vista a punto de hacer a un lado lo que me estorbaba , cuando caí en la cuenta de que se trataba de la fotografía de nuestra boda. La tomé con manos temblorosas al ver que estaba completamente destruía.
¿Quién había sido el imbécil que se había atrevido a hacer eso? Sentí que una herida se habría en mi pecho. Solté el cuadro destruido y subí escaleras arriba.
— ¡Estefanía! ¡Estefanía! —grité desesperado. Maldita sea quería saber que estaba bien.
Entré a su habitación abriendo la puerta con violencia. Se me olvidó respirar por un momento al ver que toda la habitación estaba completamente destruida.
— ¡Fanny por favor si esto es una broma para ya y sal!
No obtuve respuesta.
Estaba a punto de salir cuando vi que el escritorio era el único mueble que estaba completo y en orden. Me acerqué con cautela y vi una hoja doblada por la mitad.
Tenía mi nombre.
Por un momento mis manos se negaron a tocar aquel papel, pero al final de cuentas, luego de una respiración profunda, la tomé.
Desdoblé la hoja y me encontré con la letra de Estefanía. Mi corazón se saltó un latido al ver que ella me había escrito una carta.
Joshua:
Antes que nada quiero decirte que fuiste el gran amor de mi vida. Contigo aprendí a vivir de manera espontánea y me atreví a muchas cosas porque contigo era divertido hacer locuras, como cuando repartíamos tequila en las fiestas de etiqueta para que la gente se enloqueciera, o las veces en las que me escuchas horas hablando de ropa y moda, siempre te ibas al asiento de los "novios resignados" a esperarme. Aprendí muchas cosas de ti, siempre estuviste para mí e incluso renunciaste a tu familia por mí.
Lamento tanto que las cosas terminaran así entre los dos. No encuentro las palabras para decirte cuánto siento haberte fallado. Cometí un gran error y lo acepto. Estuve bien con tu ausencia porque era una manera de sentir que estaba pagando el dolor que te causé. Lo vi bien, sentí que esa manera de tratarme estaba bien, pero no supe manejarme.
El amor duele ¿sabes? y siento que esta vez me estoy obligando a arrancarte de mi vida por que no te quiero odiar. Te devuelvo tu libertad, te devuelvo tus ilusiones, y la tranquilidad para que encuentres a alguien que te haga feliz. Lamento no haber sido esa mujer, aunque lo haya deseado con el alma...
La verdad es que estoy tan furiosa contigo, por la manera en cómo llevaste las cosas, que lejos de querer solucionarlas conmigo... i***t**a. Sé que todo empezó por mí, pero no puedo evitar sentir decepción...
Sé feliz Joshi. Da vuelta a la página y no me busques más. Desde hoy, no soy más tu esposa.
Estefanía Falero.
Caí de rodillas con las manos temblorosas.
— No, mi amor. No, por favor no.
Por primera vez en mucho tiempo lloré.