JOSHUA Estaba frente al abogado de Estefanía y me estaba debatiendo a la idea de en ese momento tomarlo del brazo y echarlo de mi oficina. No quería escuchar lo que era evidente que iba a decirme. Me negaba a hacerlo, pero al final de cuentas lo terminaría por escuchar tarde o temprano. — Tome asiento por favor —. Le indiqué con la mano el asiento que estaba frente a nosotros. Tenía que escuchar lo que me tenía que decir al final de cuentas. Hortensia se había asegurado de que nadie nos interrumpiera. Mi siguiente cita había llegado y ella se estaba haciendo cargo de atenderlos en lo que el abogado estaba conmigo. Tenía bastantes cosas pendientes por no haber venido en tres días y comer helado como si no hubiera un mañana. El hombre entró y tomó asiento frene a mí. Colocó su portafol