[NATALIA] No hay manera alguna de poder rechazarlo, mis labios parecen estar sedientos de los suyos, las ganas me consumen y él no tiene intención alguna de detenerse. Es tanta la urgencia que existe entre los dos, que la ropa que traíamos puesta comienza a caer sobre el suelo tal y como si nos estorbara —No tienes idea de cuanto te he extrañado— Me dice mientras que sujeta mi rostro entre sus manos y de alguna manera vamos cayendo al suelo de rodillas tal y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo para que sea así. —No hables— Le pido rozando sus labios con la yema de mis dedos y es que tengo miedo de que sus palabras lo arruinen todo. En estos instantes siento que el mundo ha dejado de existir, que solo estamos él y yo en nuestra burbuja acomodándonos lentamente en el suelo hasta que