Tanto Audrey como William iba sumergidos en sus pensamientos, él no podía hacerse el tonto a lo que vio. —Sé que no debería, pero necesito preguntarte algo Audrey — ella lo miró sin comprender. —¿Te gusta tu jefe? — ella lo miró sorprendida. —Yo.. no sé… osea, William eres mi amigo, pero también sé que ya no me ves como tal, y no sé cómo hablarte de ciertos temas.. —William asintió, él la comprendía, claro que lo hacía. —Preciosa eres mi amiga, puedes confiar en mí, además el culpable de que hoy no seamos más que amigos es mi culpa, así que no quiero que te sientas incómoda. —No, Will, ¿cómo dices eso? Nada es tu culpa. —Bien sabe que si lo es, si yo te hubiera hecho caso cuando estabas enamorada de mi, hoy estaríamos juntos. —Will, en las cuestiones del corazón no se mandan, a