Gael y Mason salieron de la oficina y se fueron directo a la barra y pidieron algo para comer, Gael siempre estaba pendiente de sus negocios, pero tenía a alguien de suma confianza para que se hiciera cargo del hotel y las habitaciones, que todo fuera perfecto, el revisaba todo los martes y jueves, iba y verificaba que todo estuviera en orden, pero eso sí, todos los días le daba vueltas para que el lugar estuviera limpio, ordenada y como debía.
Ambos charlaban de trabajo cuando Gael vio movimiento en las mesas, su mirada se fue hasta donde la hermosa castaña estaba limpiando mesas, ¿cómo diablos iba a poder hacer para controlarse si cada vez la veía más hermosa?
—Gael — dijo Mason en todo de advertencia, al ver que el hombre no le quitaba los ojos de encima a la pobre chica.
—No puedo Mason, es simplemente hermosa y con ese uniforme la hace ver malditamente caliente.
—Sí, pero ya te dije… — Gael no lo dejó terminar, y molesto lo interrumpió.
—Sí, sí, ya sé, que ella no es para mí, ya te dije que no voy a corromperla, pero no me vas a prohibir verla. — no dijo nada más porque llegó su comida, mientras Mason negaba divertido, sabía que su jefe iba a perder la cabeza por esa mujer.
…
Audrey limpiaba las mesas distraída, sin notar como una mirada muy intensa quería desnudarla con la mirada.
—Hola, eres Audrey ¿cierto? — Audrey miró con una sonrisa a la recién llegada.
—Hola, si, ¿tú eres…?
—Oh, cierto, yo soy bailarina aquí desde el primer día en que abrió, y estoy casada con Mason, soy Jenny Cooper. — Audrey se sorprendió al oírla, ese grandulón estaba casado, bueno igual la joven enfrente de ella era muy hermosa.
—Es un gusto conocerte — a Jenny de inmediato le cayó bien, se veía una joven humilde, sincera y hermosa.
—Igualmente, cualquier cosa que necesites estoy para servirte, ahora iré a saludar a mi hombre — Jenny sonrió y Audrey le correspondió.
—Gracias — Jenny asintió y se fue directo a donde estaban Mason y Gael, ella la siguió con la mirada y fue cuando vio que su jefe no le quita la mirada de encima, no pudo evitar sentirse nerviosa.
En cuanto Jenny llegó tomó a su esposo por el cuello y lo besó salvajemente, Audrey los miró sorprendida, mientras Gael sonreía, ya los conocía, su mirada volvió a Audrey y no pudo evitar desear besarla de la misma manera.
Audrey pudo notar como algo en la mirada de su jefe cambiaba y ella no pudo evitar tragar saliva, ese hombre la hacía sentir cosas que nunca nadie le había provocado.
Decidió girarse y seguir con lo que hacía, pero podía sentir la mirada de su hermoso jefe aún sobre ella.
—Quieren por favor dejar eso, comen delante de los pobres. — Jenny se separó de Mason agitada y muy mojada, ese hombre la ponía a mil.
—Hola Jefe, ¿descansó?.
—Así es — dijo antes de volver a mirar a Audrey, Jenny sonrió.
—Una chica como ella debería buscar usted, no como las zorras que quieren su dinero — Gael la miró con una ceja levantada.
—Jenny… — dijo Mason en advertencia, ella sólo se alzó de hombros.
—¿Qué? No he dicho nada malo, solo dije la verdad.
— Y tienes toda la razón Jenny, el problema es que tu marido cree que no soy digno de Audrey.
—Así que ya han hablado de ella, ¿Te gusta? — Jenny se puso emocionada, mientras ignoraba la mirada de su marido. — y Mason tiene algo de razón.
—¿Algo? — dijeron los dos hombres al mismo tiempo.
—Sí algo, Gael es un buen hombre, lo que tienes que dejar de ser es un puto — Gael se carcajeo al oírla — no te rías, hablo en serio.
—Yo no voy a dejar de disfrutar de las mujeres solo por una. — Jenny achicó los ojos.
—Bien, entonces mi hombre tiene razón, ella no es para ti. — cada vez que a él le decían eso el estómago se le revolvía, una sensación amarga crecía en él, pero lo peor era que cada vez que le decían que eso no podía ser para él más lo quería, se giró para mirarla de nuevo y ella ya no estaba.
—Debo ir a seguir trabajando tortolos, lo veo más tarde. — Gael iba a irse cuando se detuvo, y se giró de nuevo para dirigirse a la tarima, donde agarró el micrófono y lo prendió.
—Hola, hola.
Buenas tardes a todos, quiero informarles que la fiesta de aniversario del club será en dos semanas, así que pido la ayuda de ustedes con ideas, tienen dos días para presentar sus mejores ideas la mejor será la ganadora. Pasen la voz y todo aquel que quiera dar su idea soy todo oídos.
Además la idea que más me guste y sea la ganadora tendrá una bonificación de dos mil dólares, así que tiene un motivo para que piensen ideas excelentes.
Los trabajadores que estaban ahí aplaudieron de emoción a su jefe.
Audrey lo había escuchado y también se emocionó, incluso tuvo varias ideas, ella pensaba ir a verlo cuando Malcolm se acercó a ella.
—Hola, el día en que nos conocimos no pude presentarme como debía, soy Malcolm. — Audrey le sonrió por obligación, la mirada de ese hombre no le gusta para nada.
—Yo soy Audrey.
—Cuando te vi, pensé que serías bailarina, eres increíblemente hermosa. — La mirada tan descarada hizo que Audrey se sintiera desnuda y sucia.
—No, soy solo una más de limpieza, la verdad me gusta, ahora si me disculpa tengo que seguir trabajando.
—Sólo quiero charlar contigo. — dijo tomándola del brazo.
Gael cuando se dirigió de nuevo a su oficina, y vio a Malcolm que hablaba con Audrey un fuego creció en su estómago, odiaba que la mirara como hacía, y cuando notó que ella estaba muy incómoda y quería irse, decidió intervenir, en especial al ver que él no la dejaba.
—Malcolm, ella ha dicho que tiene que ir a trabajar, deberías estar haciendo lo mismo y no estar molestando, recuerda que estás en la cuerda floja. — y no mentía, el hombre tenía 6 meses ahí y ya tenía varias quejas, no lo había despedido por su pequeña hija.
— Lo siento, Jefe. — dijo soltandola y se fue de ahí.
—¿Te encuentras bien? — Audrey lo miraba a los ojos y miles de mariposas en su estómago.
—Sí, gracias señor.
—Suele ser muy pesado, si empieza a molestar, por favor avísame de inmediato.
—Así será señor. — Audrey pensaba marcharse cuando recordó lo del aniversario, por lo que se giró a mirarlo. — Yo… — Se sintió nerviosa y Gael lo notó.
—¿Qué pasa? Puedes decirme cualquier cosa— Audrey sintió sus piernas gelatina cuando vio la manera en que le sonreía.
—Escuché lo que dijo, solo quería decirle que tengo ideas, puedo escribirlas y llevárselas, así las puede leer, sin ningún compromiso. — Gael sonrió pícaramente y le agarró su mano.
—¿Qué tal si mejor vamos a mi oficina y me dices de una vez? — Audrey solo asintió con su rostro muy sonrojado. Gael aún teniéndola agarrada de la mano, se la llevó directo a la oficina.
Jenny y Mason los miraban sin disimular.
—Esos dos se gustan. — dijo Jenny muy sonriente.
—No quiero que ella sufra. — su mujer lo miró con el ceño fruncido.
—¿Por qué lo dices? ¿También te gusta? — dijo celosa. Mason sonrió antes de besarla.
—No, pero a millas se nota lo inocente que es, y ya has oído al jefe, no va a dejar de ser quién es por nadie.
—La vida es así cariño, no debemos meternos, no al menos que sea necesario, tal vez Gael se enamore, nunca lo había visto así con una chica, ¿Has visto cómo le brillan los ojos cuando la ve? Esa mujer va a tener a nuestro jefe a sus pies. — dijo Jenny muy convencida de que así sería.