Marianela salió de la habitación con una mezcla de sentimientos. Siente coraje, confusión, dolor. Baja directo a su habitación. No tiene deseos de ver a nadie. No sabría cómo actuar si le toca enfrentarse a las demás personas de la casa. Solo ella y él sabe lo que ha pasado entre ellos o al menos eso piensa. Suspira al pensar en eso que ha pasado, en sus besos que la calientan como nunca la han calentado. El calor de su cuerpo sobre el de ella. El aroma de su aliento a menta. Ese hombre turaba todas sus murallas al suelo. Lo peor que ella se siente de esa manera a sabiendas que a él sólo le importa llevarla a la cama y pasar una sola noche con ella. —Por Dios Marianela, eres patética. —siente una lagrima bajar por su mejilla— Como te dejaste envolver por un hombre como él. —limpia su mej